Cada vez somos más, y más ricos
30/06/2005
Cinco Días
Dos fenómenos distintos, pero interrelacionados, están siendo el motor de nuestro crecimiento económico. Cada vez somos más, y además, esa mayor población incrementa su consumo. Los que busquen explicación para el continuado crecimiento español, muy por encima de la media comunitaria durante diez años consecutivos, deben investigar la retroalimentación que los fenómenos poblacionales están produciendo en la economía.
Somos más porque al intenso flujo inmigratorio que estamos experimentando se une un notable repunte de la natalidad, tal y como expondremos posteriormente. Y el incremento del consumo queda reflejada en los datos que ofrece el Instituto Nacional de Estadística (INE) en su encuesta trimestral de presupuestos familiares: por vez primera los hogares han superado los 6.000 euros de consumo trimestral, esto es, algo más de 2.000 euros al mes. Gran parte de este consumo se destina a la vivienda, en compra o alquiler, que alcanza unos límites históricos. Mejora en algo el porcentaje de familias que consiguen llegar sin problemas a final de mes y las que pueden ahorrar algo. Y parece que esta tendencia de crecimiento del consumo no se va a detener a corto plazo.
Uno de nuestros pilares de crecimiento seguirá intacto. Pero este alto consumo también tiene su lado oscuro: las familias están muy endeudadas, y ante una hipotética subida de tipos de interés o un incremento del desempleo la morosidad se incrementaría espectacularmente.
La construcción es nuestro segundo pilar económico. El ritmo de construcción de viviendas puede disminuir algo, pero debido al crecimiento de la población se seguirá manteniendo una demanda elevada. No es de prever grandes descensos en la actividad durante los próximos años. En obra civil ya veremos, toda vez que lo fondos europeos están en el alero.
Analicemos otro dato fundamental, recientemente conocido. Llevamos seis años consecutivos en los que la natalidad crece ininterrumpidamente. Los datos publicados por el INE no dejan duda alguna. De los 380.130 nacimientos de 1999, hemos pasado a 453.278 en 2004. Y todo apunta a que el crecimiento continuará en 2005.
Este crecimiento presenta tres singularidades. La primera, que rompe la espectacular caída iniciada a mediados de los setenta, cuando se alcanzaron los 680.000 nacimientos, y que tocó fondo en 1998, cuando fuimos el país con menor natalidad del mundo entero. Como consecuencia de este prolongado retroceso, España comenzó a envejecer rápidamente. A día de hoy, y a pesar del crecimiento actual, todas las proyecciones apuntan a que nuestro país será el más envejecido dentro de unas décadas.
La segunda singularidad, es que una parte muy importante de este crecimiento se debe a los hijos de madres extranjeras. Del total de nacimientos, 391.128 fueron hijos de españolas (con un crecimiento del 1,2%) y 62.150 de madres extranjeras (un 16,6% al alza). Todo parece apuntar a que continuará esta tendencia. Por último deberíamos reseñar que este fenómeno no es uniforme. Crecen Madrid, Andalucía y el Levante, mientras decrece la cornisa cantábrica, Castilla y Galicia.
La población española crece sin cesar. Este crecimiento ha obligado a modificar al alza las estimaciones de riqueza nacional y de PIB. A mediados de los noventa nos decían que nunca llegaríamos a 40 millones de habitantes: ya somos 44. Y seguimos creciendo. Afirmar que alcanzaremos los 50 a medio plazo no es ningún disparate, dado que al crecimiento de la natalidad hay que sumar el flujo migratorio.
Cada vez somos más y más variados. De continuar así, del 8,5% de población inmigrante actual, no tardaremos en llegar al 10%-12%. Otro fenómeno que suma población es el de los residentes europeos que pasan parte del año en España. Ya suponen un importante número, que crece sin cesar.
Nuestra complejidad social crecerá, para lo bueno y lo malo, como también lo hará nuestra importancia económica y política. Si conseguimos equi
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