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La UE impone deberes a España en la asignatura de emprender
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La Comisión Europea detecta varios puntos débiles en la economía que dificultan enormemente la tarea de crear una empresa y hacerla crecer, pero propone varias soluciones para subsanarlos.
Caso real. Peluquería en el madrileño barrio de Chueca. La crisis reduce la frecuencia con que los clientes acuden a acicalarse el cabello y la dueña decide buscar ingresos extra. Al igual que ocurre en ciudades como Londres, decide ofrecer sandwiches, bizcochos o frutas para que los clientes que acuden a la hora de comer puedan tomar algo mientras esperan a ser atendidos. Visita a la administración: todo problemas. Licencias, requisito de una cocina industrial, acondicionamiento del local... Descartado a la primera. ¿Qué tal una máquina expendedora? Segunda visita: Impuesto de explotación de máquinas, Impuesto municipal de ubicación y, si incluye cierta clase de comida, carné de manipulador de alimentos. La peluquería ya ha cerrado.
Pero estos casos particulares tienen un reflejo en las grandes cifras y en las estadísticas: se tardan 28 días en abrir un negocio en España, frente a los 14 de media de la Unión Europea; para obtener una licencia operativa hay que esperar 116 días (el periodo más largo de toda la UE) y los plazos de pago de la administración pública a proveedores es de 66 días, en lugar de los 25 de la media comunitaria. Eso, por supuesto, cuando las administraciones deciden pagar.
Esto se traduce en que España tiene un entorno para pequeñas empresas y emprendedores peor que el de la media europea en seis puntos clave analizados por la Comisión Europea en su último informe sobre pequeñas y medianas empresas en la UE: emprendeduría, apoyo público, acceso al crédito, mercado único, innovación e internacionalización.Y es sobre estos puntos donde se centran las recomendaciones de la Unión Europea al Gobierno para facilitar la creación de nuevas empresas y el desarrollo de las pequeñas.
El principal problema de todos, según la Comisión, es el retraso de los pagos de la administración pública y el acceso a la financiación. Según el informe, el plazo de cobro se ha alargado en 2011, “lo que exacerba los problemas de liquidez de las empresas”. Y aunque el Gobierno ha puesto en marcha el programa de pago de facturas atrasadas, el Ejecutivo comunitario recomienda vigilar con detalle su marcha para corregir problemas que puedan surgir. La UE recomienda también reforzar el sistema de avales y créditos públicos para las pymes, ya que “la sequía de crédito está exprimiendo a los emprendedores y pequeños empresarios españoles mucho más que en otros lugares de Europa”.
Ausencia de crédito
Además, en el diagnóstico que la Comisión Europea hace de los males de España está la excesiva dependencia de los bancos para obtener crédito, en detrimento de otras alternativas como el capital riesgo o las salidas a bolsa.
Impulsar estas vías de financiación alternativas, según el informe, incentivaría no solamente la creación de nuevas empresas sino que éstas se dedicaran a sectores de “alta Innovación”.
En este sentido, la Comisión recomienda unir los retos de innovación e internacionalización en uno solo: unificando las agencias públicas que impulsan estas áreas, por ejemplo, y coordinando e integrando mejor los organismos regionales y estatales que se dedican a impulsar las exportaciones (por el Icex y todos los mini-Icex autonómicos). Además, sugiere incrementar los fondos destinados a I+D con el dinero de los fondos estructurales de la UE y reenfocar las ayudas públicas hacia programas que vinculen la financiación a los resultados.
Y por último, pero no menos importante, la fragmentación de legislaciones autonómicas. Un funcionario de la UE se mostraba fascinado esta misma semana por la tendencia de las autonomías a legislar sin tener en cuenta la unidad de mercado en España: “No se dan cuenta de que si cada región legisla del mismo modo, se crean 17 minimercados, y así es imposible montar un negocio”.
