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Tres millones de autónomos, en vilo por el 'cheque parado'
Expansión
El curso político ha acabado de una forma atropellada, y eso puede pasarle factura al Gobierno en septiembre. Las prisas con las que el Congreso aprobó la reforma laboral –tan sólo unas horas antes de que los diputados cogieran las maletas rumbo al ansiado veraneo– avanzan un peculiar follón administrativo para los más de tres millones de trabajadores autónomos.
El BOE publicó la norma que regula su derecho a cobrar el paro, una de las reivindicaciones históricas del colectivo y que, por fin, la ha visto convertida en realidad.
Pero la ley no sólo contempla las reglas de juego para acceder a la prestación por cese de actividad, sino que reserva un apartado (disposición adicional decimotercera) con los requisitos para recibir al denominado cheque parado. Esto es, el subsidio extraordinario de 420 euros que el Ejecutivo implantó el pasado año para el resto de asalariados.
Y es en este punto donde comienzan los bailes de contenido. Durante la votación en el Congreso de la reforma laboral –el 29 de julio–, PSOE y PNV lograron un pacto para votar a favor de una enmienda que pedía la abolición del cheque parado para los autónomos, argumentando que, según se desprendía de su descripción, daba pie a que cualquier emprendedor percibiera la paga, hubiese cotizado antes o no.
Independientemente de las razones, el hecho es que ayer entró en vigor el derecho de los autónomos a recibir el subsidio de 420 euros, una concesión que se ha caído en el Congreso.
Para rizar más el rizo, el calendario no pone las cosas fáciles. Y es que la norma del año de los autónomos –la publicada ayer y que inaugura el derecho a cobrar el paro y, a la vez, el famoso subsidio– entra en vigor en tres meses.
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