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La falta de liquidez en un momento puntual, las necesidades de crecimiento o el deseo de competir en otros mercados marcan la trayectoria de una empresa. Para salvar las dificultades en situaciones como estas, el Instituto de Crédito Oficial (ICO) cuenta, en 2014, con 16.000 millones de euros, lo que supone un aumento del 16% respecto al año anterior. El objetivo estratégico de las líneas está enfocado en seguir apoyando a pymes y emprendedores, algo básico en tiempos de sequía crediticia que pretende responder a una queja unánime: No hay financiación y sin ella, la mayoría de las veces, no hay supervivencia.
Para entender el funcionamiento del ICO hay que recordar que el organismo no es responsable de la aprobación de los créditos en el caso de las líneas destinadas a la pyme. Son las entidades bancarias colaboradoras (más de 30) las que tendrán la última palabra a la hora de aprobar o no una operación. Pasito a pasito se logra cada vez más financiación.
“Nosotros fondeamos a los bancos y acordamos condiciones mucho más flexibles: plazos más largos, sin comisiones de apertura y con intereses favorables”, explican desde la entidad. Con un plazo máximo de amortización de 20 años y un periodo de dos años de carencia, cada año se establecen las diferentes líneas en función de la demanda y el dinero del que se dispondrá (ver apoyo).
“Gracias a los esfuerzos, la situación ha mejorado algo en los últimos meses, pero continuamos sin ver fluir el crédito”, asevera Celia Ferrero, vicepresidenta de la Federación Nacional de Trabajadores Autónomos (ATA). “Hoy por hoy se da la paradoja de que, pese a existir alta demanda en cuestión de financiación, los empresarios están cansados de recibir negativas y ya ni acuden a los bancos”. Así que a lo complicado del momento se añade el desánimo de los interesados.
Además, la representante de ATA cree que “para las entidades aún prima la solvencia por encima de la viabilidad de los negocios”. “Lo que necesitan las pymes en general son préstamos de menos de 20.000 euros para aliviar tensiones de caja, pero a las entidades les resulta más rentable aquellos que superan los 100.000 euros”, apunta. El importe medio ronda los 70.000 euros. La vicepresidenta valora positivamente la evolución sufrida por el ICO en los últimos años de la crisis, ya que “ha sabido adaptarse a la demanda de las pymes, a pesar de no alcanzar aún los niveles óptimos de fluidez crediticia”, explica. Eso sí, “pedimos que den un paso más y apuesten por el microcrédito”.
La queja de los autónomos no cae en saco roto. De hecho, los dos bancos líderes en concesión de créditos ICO durante 2013, Banco Popular y Banco Sabadell (en ese orden), coinciden en señalar que “en los últimos meses, nos hemos esforzado en que ningún empresario carezca del dinero que necesita, independientemente del importe”. Entre ambas entidades acaparan casi la mitad de los préstamos otorgados por el ICO el año pasado.
Desde el banco catalán responden que “más de la mitad de las operaciones formalizadas, lo han sido por un importe de hasta 25.000 euros”. En 2013, Sabadell superó los 2.800 millones de euros repartidos en las diferentes líneas. Pero, ¿qué tienen en cuenta para dar el sí a una operación? “Ante una solicitud de financiación, se valora la solvencia del proyecto y la capacidad de retorno, teniendo en cuenta variables, como conocimiento de la actividad, I+D+i…”, explican.
Banco Popular repite el liderazgo del año pasado y supera los 3.000 millones de euros, repartidos principalmente entre pequeños empresarios. “En los nueve primeros meses de 2013, captamos más de 83.000 nuevos clientes pymes”.
A pesar de parecer difícil, no es imposible. A nivel práctico, los empresarios en busca de liquidez deberán seguir una serie de recomendaciones. “Es importante acudir al banco de confianza. A la sucursal de toda la vida que conoce el negocio y su capacidad de solvencia”, explica Ana Martínez, jefa del área de gestión de mediación del ICO. “Además, se debe llevar todo muy estudiado y claro. No hay que olvidar presentar todos los papeles necesarios”, apunta. “Si en una entidad deniegan el préstamo, es recomendable intentarlo en otra ya que los criterios no son iguales en todos los bancos”. Martínez afirma que “el tiempo medio de estudio y posterior respuesta suele estar en unos 20 días”.
Los requisitos básicos son: el impuesto de Sociedades, escrituras de la sociedad, certificado de estar al corriente de pago con las administraciones públicas, escrituras de propiedades (si las hay), estados contables, balance de situación y cuenta de resultados que funcione como garantía. Sin olvidar que cada entidad tiene sus propias fórmulas. “Es imprescindible, en el caso de emprendedores, presentar un plan de negocio bien elaborado”, concluye Martínez.
Desde las Cámaras de Comercio también señalan que “para reducir los ratios de riesgo se puede suspender avales –como el de un alquiler, negociando con el arrendador–”. Por último, comprobar que no se aparece en fichero por impago como el Registro de Aceptaciones Impagadas (RAI) o el de la Asociación Nacional de Entidades de Financiación (Asnef) y, en la medida de lo posible, presentar garantías, mediante aval o una Sociedad de Garantía Recíproca.
Sobre el funcionamiento del ICO se ha dicho de todo. Algunos ciudadanos creen, que los bancos reciben dinero directo de la entidad pública y lo retienen sin aprobar operaciones. El éxito de la solicitud depende del criterio de riesgo de cada banco. Cuando se obtiene el sí, dicha solicitud pasa a manos del ICO que cada 15 días revisará las peticiones y hará llegar el dinero al banco para posteriormente ingresarlo en la cuenta de la empresa. “Sin contrato firmado no hay dinero”, explican desde el organismo. “Nuestras líneas son ventajosas en cuanto a intereses, comisiones, plazos, importes y carencias. También estamos en permanente contacto con las entidades y les instamos a que sean más flexibles”, añaden, “pero somos meros canalizadores”.
El ICO no se financia de los Presupuestos Generales del Estado; son colaboradores como el Banco Europeo de Inversiones (BEI) o el alemán KFW, los que proporcionan los fondos. El grueso de los fondos se obtiene en el mercado mediante el lanzamiento de emisiones, con aval del Estado. En 2014 se establecerán los importes para cada línea, una cifra que puede aumentar.