Programa de Apoyo Empresarial a las Mujeres (PAEM)

Los sindicatos, un obstáculo en la carrera de la productividad

23/07/2007

Expansión

  El catedrático de Derecho del Trabajo Juan Antonio Sagardoy defiende que la mejor protección del empleado es su labor diaria.

La legislación española, en lo referente a la normativa laboral, es una de las más rígidas del mundo, lo que se traduce en un excesivo proteccionismo de los trabajadores -muchas veces con independencia de su valía en el puesto de trabajo-. El papel que representan los sindicatos ha ido evolucionando a lo largo de la Historia, desde la revolución industrial cuando, en la actualidad, son los únicos interlocutores que negocian con las empresas las reformas de las condiciones de trabajo de sus representados.

El Gobierno, a juicio de los expertos laborales, queda relegado a un papel testimonial, ya que ningún líder político se atreve a adoptar modificaciones de calado ante la eventual repercusión que tendrían sobre la paz social y, posteriormente, en las urnas.

Este proceso de diálogo social provoca que muchos trabajadores no se sientan representados por las fuerzas sindicales, especialmente los empleados más jóvenes, una tendencia preocupante a tenor de las disfunciones que sufre la economía española en el terreno laboral.

La búsqueda de la productividad y la necesidad de que las empresas puedan tomar sus decisiones con una mayor flexibilidad, en un entorno de desaparición gradual de las fronteras nacionales, como consecuencia de la globalización económica y cultural, son las dos principales asignaturas pendientes para el catedrático de Derecho del Trabajo de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) Juan Antonio Sagardoy, responsable también del bufete de abogados que lleva su nombre. En su opinión, la solución pasa por ligar los salarios a la productividad y por aumentar la capacidad individual de los trabajadores para negociar sus propias condiciones laborales.

De esta forma, se lucharía contra el excesivo intervencionismo que hay en el mercado laboral español, donde todo es imperativo, afirmó Sagardoy durante su participación en el seminario Otro Mundo es Posible: el Liberalismo, que se celebra esta semana en los cursos organizados por EXPANSIÓN y Actualidad Económica, del Grupo Unidad Editorial, que cuentan con el patrocinio de Endesa y Telefónica.

¿Por qué un grupo de secretarias no puede pactar sus condiciones laborales al margen del convenio colectivo del sector?, preguntó retóricamente el catedrático. A su juicio, el monopolio de decisión que tienen los sindicatos a través de la negociación colectiva entorpece la actividad empresarial y, al mismo tiempo, cercena la libertad individual de los empleados. Sucede que, en la práctica, los comités de empresa suelen proteger a una parte de la plantilla, normalmente a aquellos que no son productivos y, por lo tanto, necesitan ser defendidos por terceros ante un reajuste corporativo restando productividad a la economía española. Según este argumento, los trabajadores que tiran del tejido económico no necesitan a los sindicatos; su labor diaria es la mejor protección.

El catedrático de Derecho del Trabajo de la Universidad Complutense Juan Antonio Sagardoy confirmó ayer en la segunda jornada del curso Otro Mundo es Posible: el Liberalismo, que no hay gobierno alguno ni líder político que se atreva a abordar una posible reforma de las leyes laborales. El ponente trasladó a los presentes su percepción sobre la progresiva mediatización a la que están sometidos los diferentes gobiernos por parte de los agentes sociales, y apuntó que en un tema como éste sería demasiado arriesgado adoptar nuevas medidas sin el acuerdo expreso de los sujetos pasivos, es decir, de los sindicatos y empresarios.

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