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Ser un buen comunicador es, sin duda, una de las virtudes más importantes que debe tener un emprendedor en los tiempos que corren. Es una habilidad básica para motivar al equipo, vender un producto o convencer a un inversor.
Ese último aspecto es especialmente importante, pues es una de las pocas formas que existen actualmente para lograr financiación, teniendo en cuenta que el grifo del crédito bancario está prácticamente seco. "Hay que saber presentar, porque solo vas a tener una oportunidad de convencer a un inversor", advierte Alejandro Durán, fundador de Beebrite.
Nunca se sabe cuando va a aparecer la oportunidad de conocer a un inversor, por lo que los emprendedores deben ser capaces de explicar de manera breve para transmitir una idea de negocio. Tan breve como para poder explicarlo en un ascensor. De ahí el nombre que reciben este tipo de discursos: 'elevator pitch'.
Silvia Bueso, experta en "el arte de pedir", ofrece en un artículo en Infojobs siete consejos dignos de los piratas para mejorar la técnica. El objetivo es que el emprendedor aprenda a abordar a los posibles inversores si tienen un encuentro fortuito, en cualquier tipo de contexto.
En este sentido, la experta señala que un buen emprendedor tiene un discurso sereno, atrevido, con sentido de humor, y sobre todo con pasión. En definitiva, un discurso cautivador. Para lograrlo, apunta los siete secretos de un discurso con gancho.
1. Levantar curiosidad
No hay que tener miedo de entablar una conversación. Hay que saber alimentar la ilusión y la curiosidad del oyente. Y cuando ya esté cautivado, levar anclas. El objetivo no es conseguir la financiación, sino lograr un encuentro posterior para explicar detenidamente el proyecto.
2. Investigar
¡Ojo al parche! Antes de acercarse a nadie, hay que echarle un vistazo y estudiarle, para tener la máxima información posible antes de abordarle.
3. Entrarle
Hay que valorar el contexto, y no descartar ningún método para abordar al posible inversor. Si el contexto es divertido, no hay que temer un pillaje divertido.
4. Historia para recordar
Un buen pirata siempre tiene buenas historias que contar. El objetivo es lograr el interés del inversor, algo que se puede lograr con una anécdota, una aventura, etc.
5. Objetivo final
El objetivo no es lograr la inversión en dos minutos, sino convencer al inversor de que el proyecto es interesante y merece la pena mantener una reunión posterior para estudiarlo. No hay que pensar solo en el botín, sino en el proyecto, en la idea.
6. Conversación
La conversación íntima es como una danza con los piratas. Hay que dejarse llevar, pero prestando mucha atención, para descubrir los posibles tesoros, en este caso, los posibles consejos o recomendaciones que aporte el inversor.
7. Mensajes clave
Hay que tener algunas frases clave que sirvan de cañozado definitivo para convencer al inversor. Hay que practicarlos y ensayarlos, para que salgan perfectamente a la hora de la verdad.