Programa de Apoyo Empresarial a las Mujeres (PAEM)

Quién es quién para financiar tu negocio

23/08/2013

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Roomtab es el producto estrella que da nombre a una start up que nació en 2011. A través de esta tableta, los clientes alojados en un hotel pueden interactuar con otros huéspedes que, como ellos, estén pasando unos días en la ciudad en la que se encuentran. Este sistema de gestión integral de servicios y contenidos para el sector hotelero y turístico local acaba de llevar a cabo un proceso de ampliación de capital que no sigue un esquema al uso: han puesto a disposición de los posibles inversores un 15% por valor de 80.000 euros a través de Bihoop, una plataforma online de inversión colectiva en start up. A través de este método –denominado equity crowdfunding–, cualquier persona interesada en esta firma puede invertir online y ser accionista de Roomtab a partir de tiques de 1.000 euros. El proyecto está disponible para invertir hasta mediados de septiembre.

Otra de las prácticas para lograr financiación es el bootstrapping: los nuevos empresarios venden sus ideas sin tener todavía el producto en el mercado para testar la aceptación que tendría y, de paso, conseguir capital.

Éstas son sólo un par de opciones. Escoger la que más se ajusta a tus necesidades es la clave. Algunos emprendedores se centran en una vía, pero ahora lo más habitual es combinar varios canales. Francis Silvan, socio de EY (antes Ernst &Young) Abogados, explica algunos de los más populares.

Las 3 ‘F’

Family, friends and fools –familia y amigos – son la primera fuente de financiación de los emprendedores. Primero porque es la más cercana y, en segundo lugar, porque en los inicios son el grupo de personas que, por afinidad, están dispuestas a dar un voto de confianza al proyecto.

‘Venture capital’

Es lo que Silvan identifica como capital riesgo en sentido estricto. Tiene por objeto la toma de participación, normalmente minoritaria, en compañías que están empezando y/o tienen grandes posibilidades de desarrollo y dificultades de acceso a otra financiación.

El propósito de estas entidades es aportar capital a empresas que suponen un riesgo, para obtener los beneficios mediante la venta posterior de esa participación. Debes tener en cuenta que aunque estos inversores intervienen en la gestión, también prestan una labor de asesoramiento en materia empresarial y financiera especialmente útil para una start up que está empezando.

‘Private equity’

Este canal de financiación se dedica sobre todo a las compras apalancadas, es decir, adquiere la mayoría o la totalidad del capital de una organización ya madura y, normalmente de tamaño medio o grande. Para ello, la entidad de capital riesgo crea una sociedad vehículo a la que aporta dinero, y que es la que toma prestado un importe mayor de entidades financieras, comprando la compañía objetivo. Este préstamo se paga después con los recursos generados por la propia organización comprada.

Silvan recuerda que “la dificultad para la obtención de financiación hace que las firmas de capital riesgo puedan encontrar ahora oportunidades de inversión a precios mucho mejores que en el pasado. Algunas estimaciones apuntan que los fondos disponibles podrían oscilar entre los 3.200 y los 5.000 millones de euros”.

‘Business angels’

Es el capital riesgo informal. Son particulares, por regla general empresarios con experiencia y con un importante patrimonio, que adquieren una participación minoritaria en una empresa en su fase inicial. Actúan personalmente, tanto en la selección como en el apoyo y seguimiento del proyecto.

El socio de EY Abogados apunta que la actividad de los business angels es una mezcla de negocio, filantropía y búsqueda de reconocimiento, que los sitúa a medio camino entre el inversor financiero puro y el mecenas empresarial: “Como todos los inversores buscan el beneficio, pero también pretenden devolver a la sociedad parte de lo que han obtenido y adquirir prestigio por el acierto de sus elecciones”.

Silvan añade que algunos emprendedores recurren a los business angels porque es una inversión más flexible: “Su único objetivo no es el rendimiento financiero y puede ser una inversión corta en el tiempo, porque no persigue la maximización del beneficio o quedarse como socio –a menudo con una participación menor–, más allá de la primera fase de la sociedad”.

Parte de su atractivo también reside en que se implican personalmente en la inversión, aportan un valor a la empresa y, sobre todo, su experiencia corporativa. Suelen invertir en sectores de gran crecimiento pero, según Silvan, “las elecciones pueden derivar de sus preocupaciones personales, como las energías limpias o la investigación médica”.

‘Crowdfunding’

La financiación conjunta es ahora una de las más populares. Este sistema se basa en el esfuerzo colectivo que realizan muchos individuos que ponen en común sus recursos para apoyar un proyecto concreto que han iniciado otras personas u organizaciones. Normalmente se hace con la ayuda de Internet. Alguna de las ventajas de este modelo es que permite financiar sectores y actividades complicados por la falta de retorno, y microproyectos que no podrían acceder a otras vías.

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