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Las pymes piden más reformas para impulsar la competitividad empresarial
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Juan Rosell, presidente de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (Ceoe), lo tiene claro: "Las cosas volverán a ir bien cuando todas las empresas empiecen a tener beneficios". Hizo estas declaraciones el pasado jueves durante la presentación de la Radiografía-Sage de la Pyme 2014.
Y aunque trató de contagiarse del optimismo que el citado estudio desprende, mostró sus cautelas, aunque bromeó con que a él, como a todos los empresarios, le "gusta pagar impuestos, porque supone que a mi empresa le va bien". Y volvemos al punto de partida: "En los últimos meses hay una tendencia, y sólo una tendencia, al crecimiento. Se han creado unas 50.000 empresas por lo que, lógicamente, ha aumentado el empleo", pero si en 2004-2005, de las empresas que tributaban en el Impuesto de Sociedades, un 60% obtenía beneficios, en 2012 el porcentaje se había reducido a un 39,6% y casi el 75% registraba bases imponibles negativas.
Optimismo
Pero, volviendo al informe, presentado por Santiago Solanas, consejero delegado de Sage, este rezuma optimismo. De hecho, si se compara con los dos años anteriores, la valoración sobre la situación económica española ha mejorado en 30 puntos porcentuales y un 73% de los empresarios espera que lo siga haciendo en 2014 y 2015. Respecto a la esperada salida de la crisis, autónomos y pymes mantienen su visión realista de que la salida tiene un horizonte en el medio largo plazo. Así, mientras el 51% la sitúa en 2014/2015, otro 49% la alarga hasta el 2018. El ungüento amarillo para decir adiós a la larga recesión es, en palabras de Rosell: "Reformas, reformas y más reformas que ayuden a consolidar la recuperación y el empleo, que vayan en la dirección de impulsar la competitividad y la eficiencia tanto en el ámbito privado como en la Administración".
En 2013, las empresas han mejorado en ventas, beneficios y clientes, con unos diferenciales posi- tivos de entre 9 y 18 puntos porcentuales, dependiendo del factor analizado. Una mejoría que es directamente proporcional al tamaño de la empresa y que se apoya en las mismas palancas de crecimiento que en 2012: foco en el cliente, mejora de la calidad de los productos y servicios, la apertura a nuevos mercados y el precio. Pero los obstáculos no han desaparecido. Y siguen siendo los mismos: la falta de financiación (sólo se han concedido ayudas al 6% de las empresas) y la incertidumbre. Sobre el primer hándicap se extendió Jesús Terciado, presidente la Confederación Española de la Pequena y Mediana Empresa (Cepyme), que acompañaba a Solsonas y Rosell. "Falta financiación, aunque el crédito está creciendo muy tímidamente, ha caído demasiado los últimos años. Además, las micropymes y los autónomos tienen muchos problemas para acceder a las ayudas del Estado. Por otro lado, tenemos unas cargas impositivas muy elevadas y un problema de morosidad".
Medidas del Gobierno
En el apartado de las medidas adoptadas por el Gobierno, las empresas consideran que son básicas la reducción de impuestos (64%) y subvencionar las nuevas contrataciones (14%). "Y si no subvencionarlas, al menos flexibilizarlas", apunta Terciado. Respecto a otras medidas estrella del Ejecutivo, el resultado es demoledor: el 85% de los autónomos y el 68% de las pymes no utilizan la factura electrónica. Tan sólo el 6 y el 8% de autónomos y pymes respectivamente se han acogido al IVA de caja.
Por lo que respecta al uso de las TIC, un 62% de pymes y un 56% de autónomos está en Internet, lo que supone un aumento de dos y un punto respectivamente; aunque sólo el 37% de autónomos y el 45% de pymes disponen de e-commerce.
La buena noticia está en una cuestión de matiz: si tanto autónomos como pymes se conformaban con sobrevivir en 2010, ya en 2012 quería sobrevivir para poder crecer. Y de la hipótesis a la afirmación: las pymes quieren este año crecer, aunque los autónomos sigan conformándose con sobrevivir.
Acabada la exposición, el presidente de CEOE insistió en hablar de una recuperación con peros, en la que hay que seguir trabajando, y afirmó que "el estudio confirma nuestra opinión". También señaló cómo la mayor destrucción de empleo se ha producido en las empresas de entre 10 y 50 empleados, donde es difícil hacer cambios estructurales y enfatizó en que "ahí es donde hay que reestructurar y, de momento, la legislación no ayuda".
