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Dedicarse a la organización de eventos era el sueño de María Penedo, por ello decidió lanzar su propia empresa en este sector hace seis años. Satisfecha con la experiencia, esta emprendedora considera que la aventura de crear Xantalia Catering habría sido más complicada sin el apoyo que recibió en el vivero de empresas de la Cámara de Comercio de Pontevedra. “La experiencia allí fue muy positiva”, explica Penedo.
A punto de cumplir ocho años, esta incubadora que se encuentra situada en una zona céntrica de la ciudad gallega, ofrece despachos a precios reducidos para que los emprendedores puedan llevar a cabo sus proyectos. La impulsora de Xantalia Catering considera que instalarse allí en sus inicios fue una importante ayuda económica para su negocio. Sin embargo, esta no es la única ventaja que encuentran quienes pasan por la plataforma. “En el vivero estás exento de muchas preocupaciones”, afirma Antonio Rodríguez, uno de los socios de ImasV, una pyme que se dedica al desarrollo de aplicaciones audiovisuales para páginas web y otros soportes digitales y que también nació al amparo de la incubadora.
Sin tener que pensar en la contratación de teléfono, internet u otros servicios, los emprendedores pueden centrarse en el ámbito profesional. Pero la incubadora, enmarcada dentro de la red Incyde, también pretende ayudarles en este sentido. Planes de formación, programas de acompañamiento, orientación y asesoramiento son algunas de las opciones que los viveristas, como se suele llamar a estos empresarios, tienen a su disposición gracias a la Cámara de Comercio. “Se trata de una formación accesible sobre todo lo relacionado con el negocio”, explica Rodríguez.
Los socios de ImasV, que crearon la empresa tras la desaparición de la constructora en la que trabajaban, abandonaron la incubadora una vez agotado el tiempo máximo de permanencia (que es de un año prorrogable a dos). El volumen de trabajo que han logrado en este tiempo les ha permitido defenderse fuera de allí, pero ello no ha implicado el fin de su relación con el vivero. “Las puertas siempre están abiertas para cualquier duda que tengamos”, explica su impulsor, que también valora muy positivamente la posibilidad que la Cámara les brinda de encontrar colaboradores.
Y es que los contactos constituyen uno de los mayores tesoros que los viveristas se llevan de su experiencia. La mayoría destaca, no solo la facilidad para establecer sinergias, sino también los beneficios que tiene en los inicios poder compartir sus preocupaciones con compañeros en la misma situación.
Gracias a todas estas prestaciones, muchas de las empresas que han pasado por la incubadora de la Cámara de Pontevedra siguen en funcionamiento y algunas incluso han logrado importantes reconocimientos a su labor. Es, por ejemplo, el caso de Matrioska Producciones, que consiguió recientemente el premio del público en DocS.21, el Festival Documental Narrativas Digitales por su cinta Under My Skin.
Comercialización de uniformes, acompañamiento a familias durante el proceso de adopción, community management... han sido muchas las ocupaciones de las pymes nacidas al abrigo de este vivero gallego que, pese a su reducido tamaño, trabaja para poner al alcance de sus inquilinos todas las oportunidades posibles. Por ello, la institución impulsa convenios de colaboración con entidades como el Ayuntamiento de la ciudad o la Asociación de Jóvenes Empresarios.
Como en cualquier municipio de tamaño mediano, ha sido el boca a boca lo que ha llevado a muchos de los emprendedores a conocer esta estructura. Y dadas las buenas palabras que le dedican quienes han pasado por allí, lo más probable es que este vivero siga ayudando a formar empresarios e impulsando muchos proyectos más. Algunos, como María Penedo, la creadora de Xantalia Catering, ya preparan su siguiente idea. En el caso de María se trata de un restaurante que, en cierta forma, también ha surgido un poco gracias al vivero pontevedrés.