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Las pequeñas y medianas empresas han descubierto las ventajas de la externalización de servicios, y se han unido también a los que ya delegan tareas a terceros. Gracias a estas herramientas, las compañías son capaces de encargar la gestión de ciertas actividades a otra empresa que, gracias a su especialización y a un concienzudo análisis de los procesos, las herramientas y los recursos humanos, será capaz de mejorar aquello para lo cual se le ha contratado.
"Las soluciones de externalización permiten mejorar los resultados de nuestros clientes, reduciendo el gasto operacional, los plazos y obteniendo mayor flexibilidad, pudiendo dedicar sus recursos a actividades más críticas para el negocio y acceder a recursos humanos, tecnológicos y metodológicos no disponibles internamente en su organización", cuenta Jaime Hortelano, consejero delegado de la consultora CMC.
Por otro lado, las diferencias existentes entre las grandes y las pequeñas compañías se están difuminando en cuanto a estos procesos, como demuestra la V Encuesta sobre Externalización del grupo Adecco Outsourcing en una encuesta. En este sentido, las pymes están decididas a externalizar al mismo ritmo que las grandes corporaciones, y el 59,3% de las empresas de entre cero y 50 empleados recurren a estas soluciones. "Cualquier empresa, con independencia de su tamaño, necesita cumplir con sus objetivos de negocio y es aquí donde la externalización tiene mucho que aportar", añade Hortelano.
Múltiples ventajas
Según la opinión del 37,9% de las compañías, la principal ventaja que aporta la externalización de servicios es la flexibilidad. Asimismo, gracias a la posibilidad de hacer variables los costes fijos de las áreas delegadas, las compañías que optan por estos métodos de gestión experimentan también una reducción de estos costes. Lo cual supone la segunda ventaja más importante, como así lo confirman el 27,3% de los encuestados.
"La externalización permite introducir en la organización una serie de prácticas en el desarrollo de procesos que posibilitan su homogeneización, automatización, medición y control", cuenta Hortelano. El aumento de la productividad y la competitividad de las empresas es otro de los puntos positivos de estos procesos, gracias a los cuales se produce una mejora tanto del proceso delegado como del rendimiento del negocio. Además, la reducción del riesgo de la inversión es considerada también como un factor importante a la hora de decantarse finalmente por el outsourcing.
Por otro lado, y más allá del mero aprovechamiento económico, estas técnicas facilitan el acceso a soluciones de vanguardia, gracias a la experiencia de un socio especializado que proporciona a la empresa mecanismos para que esta se adapte adecuadamente a la realidad de su mercado. El desarrollo estratégico y el acceso a estas tecnologías permiten que los costes de los procesos externalizados queden acomodados a la curva de producción, lo cual enlaza también con la necesidad de reducir el gasto. "Esto resulta clave en el actual escenario de competencia, ya que es indispensable adaptarse a las exigencias del mercado, las cuales pueden venir marcadas tanto por la propia evolución de éste como por las transformaciones en la demanda o en la legislación", destaca el consejero delegado de CMC.
Lo más solicitado
Son varias las áreas que dentro de una misma empresa se pueden externalizar. De este modo, existen actores que buscan, a través del outsourcing, solucionar desde tareas administrativas hasta procesos de comunicación o tecnológicos. "El proveedor de servicios está obligado a mantenerse en la primera línea de la innovación, lo que implica lógicamente un profundo conocimiento del mercado y la formación permanente de sus profesionales", explica Francisco José Peña, director del área de subcontratación de procesos de negocios de CMC.
Entre lo que más requieren las empresas se encuentran en primer lugar los servicios generales y de administración, con un 44,7%. Así, trabajos de recepción, control de accesos, limpieza y seguridad, grabación de datos, traducción o prevención de riesgos laborales son los que constituyen la mayor parte de la demanda.
A continuación se sitúa el área de producción y operaciones, con un 31,3% que se refiere en mayor número a actividades logísticas, pero también a otras auxiliares a la industria o relacionadas con la informática.
Tampoco se puede restar importancia al avance adquirido por la parte que corresponde a tareas comerciales, que ya supone un 24% de las áreas más externalizadas y que engloba la fuerza de las ventas, los equipos comerciales, la promoción y el telemarketing, alcanzando este último el 54,1% del total.
Industrias más proclives
En cuanto a los sectores de actividad, son las empresas farmacéuticas las que más proyectos de externalización están llevando a cabo este año, acaparando un 81,8% del total. Tras estas se encuentran el sector de la alimentación, el de tecnologías de la información y comunicación y el industrial, con un 72,7%, 72,5% y 71,1%, respectivamente. Y, aunque a más distancia, tampoco se puede ignorar el avance del ámbito de la logística y la distribución, el de la consultoría y servicios a empresas y el de la formación y educación en general.
"Es importante cubrir, no sólo las necesidades actuales, sino también las que previsiblemente surgirán en el futuro", destaca Peña. En este sentido, que las pequeñas y medianas empresas planteen en sus modelos de negocio los servicios de externalización, supone un gran avance, en un panorama cambiante en el que los negocios deben aprovechar más que nunca las ayudas que se les brindan.