La otra cara de los créditos rápidos
31/08/2005
Heraldo de Aragón
Detrás de las ventajas que anuncian las compañías de préstamos rápidos, se esconde un tipo de interés muy superior al de otras formas de financiación.
Disponer de efectivo para hacer una escapada de vacaciones, arreglar una rotura del coche, equipar a los niños para la vuelta al cole o poner fin a un problema financiero familiar son sólo algunas de las soluciones que buscan los solicitantes de los créditos rápidos que se anuncian en televisión. Con el reclamo de disponer de entre 3.000 y 6.000 euros dependiendo de la compañía de la que se trate, en un plazo no superior a 48 horas, sólo mediante una llamada y sin la obligación de tener que contar para que se necesita el dinero, empresas como Cofidis que facturaron sólo en España 49 millones de euros, lo que supuso un aumento del 31 % respecto a la cifra facturada el año anterior, empiezan a hacerse su hueco en el mercado.
El boom de los minicréditos inmediatos llega en la etapa de verano después de más de un año de implantación en España. Se trata de unos préstamos que se gestionan de forma rápida y para los que apenas hay que cumplir una serie de requisitos. Es suficiente contar con un DNI en vigor y una nómina. Sin salir de casa y solo a través de una llamada de teléfono o por Internet es posible ponerse en contacto con estos Establecimientos Financieros de Crédito (EFC).
Ventajas y desventajas
La rapidez, la confidencialidad y los largos plazos con los que se cuenta a veces para poder devolver el dinero a las EFC son las ventajas que deslumbran a los solicitantes de este tipo de préstamos. Sin embargo, no es oro todo lo que reluce y antes de contratar este producto, los interesados deberían conocer cuál es la trampa de tan apetitoso préstamo. Y es que como contraprestación a la facilidad en la concesión del crédito y la posibilidad de su devolución a largo plazo, estas entidades prestan su dinero a un tipo de interés significativamente superior al de otras alternativas de financiación.
Así, mientras que un crédito al consumo en un banco tradicional tiene un TAE (Tasa anual equivalente) del 7-9 %, los EFC prestan a tipos del 20 %. En el caso de que pidamos un préstamo de 3.000 euros, al cabo de 45 meses habremos pagado hasta 1.500 euros de interés, intereses similares que nos cobran los bancos cuando se trata de las tarjetas.
Perfil endeudado
Las personas que recurren a este tipo de financiación son consumidores que están muy endeudados y que ya cuentan con uno o más créditos y a quienes los bancos y cajas niegan la concesión de otro nuevo préstamo. Desde las asociaciones de consumidores recuerdan que muchas veces se trata de gente cuyo nombre está incluido en listas de morosos. Sin embargo, para las EFC esto no es ningún problema ya que les compensa el riesgo mientras que implica adelantar dinero a cambio del tipo de interés tan elevado que garantizará el beneficio de las prestamistas.
Además, son inversores privados los que adelantan el dinero a las EFC y serán ellos los que se encarguen de reclamar el dinero al supuesto consumidor moroso. Otra de las recomendaciones que tiene que ser tenida en cuenta antes de firmar un contrato con estas entidades, es que el préstamo que van a recibir no se trata de un créditos personal y por tanto no son ofrecidos por las entidades financieras ordinarias. Se trata de créditos al consumo fáciles e inmediatos prestados por unas financieras sometidas a reglas muy similares a las de los bancos y cajas, con la diferencia de que no captan depósitos.
Pero es fundamental saber distinguir entre estas EFC y las entidades financieras tradicionales. Otro de los consejos es acudir a este medio de financiación después de haber agotado todas las demás vías. Una vez que se ha decidido acudir a estos préstamos es recomendable comparar entre varias de estas empresas. Como en todo contrato, también es imprescindible leerse con detenimiento dicho contrato ya que e
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