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Después de oír tantas negativas, cuesta creer que acceder a un crédito ya no es una misión imposible. Han sido varios años de condiciones estrictas, de tener que avalar hasta con la casa o de aprender a llamar a todas las puertas para lograr financiación. Tiempos oscuros que los bancos aseguran (y recalcan) “ya han quedado atrás”. Si es autónomo o tiene una pequeña empresa, quizá le interese saber que ahora usted es un cliente respetado cuando entra en una sucursal. Y es que todas las entidades apuestan por echar una mano a las pymes. O, al menos, eso parece y quieren en Europa.
Desde el pasado jueves se abre también una ventana de oportunidad tras la decisión de Mario Draghi, presidente del Banco Central Europeo (BCE), de inyectar liquidez a la banca por valor de 400.000 millones de euros, siempre que se destine a financiar préstamos dirigidos a las empresas y familias. Los expertos calculan que de esa cifra podrían llegar a España más de 40.000 millones. Este dinero no se podrá utilizar en crédito inmobiliario ni estatal.
“El efecto de estas medidas será inmediato”, señala Guillem López Casasnovas, consejero del Banco de España y Catedrático de la Universidad Pompeu Fabra. Se espera que cambie la tendencia porque hasta ahora parecían “campañas de marketing, sin ninguna duda”, comentaba Ángel Monroy, presidente de la Asociación de Jóvenes Empresarios (AJE), antes de conocer las medidas europeas. “La verdad es que el acceso al crédito bancario sigue siendo complicado, ya que las condiciones que se imponen son muy duras”, añadía. Los pequeños empresarios culpaban de su incapacidad para acceder a la financiación a los estrictos requisitos, que incluyen avales con el patrimonio personal o con ahorros de toda una vida. Lo que es lo mismo, poner dinero para recibirlo.
Los autónomos tampoco se muestran más entusiastas: “Estamos percibiendo una leve mejoría en cuanto a la financiación, pero nos sentimos aún muy lejos de poder afirmar que el crédito nos llega. El acceso para microempresarios sigue siendo la asignatura pendiente”, explica Celia Ferrero, vicepresidenta ejecutiva de ATA (Federación Nacional de Trabajadores Autónomos). Las estadísticas muestran que, actualmente, el 20% de los trabajadores por cuenta propia considera que la imposibilidad de acceder a un préstamo es la causa principal del empeoramiento de sus negocios. También a más de la mitad (en concreto, el 53,7%) de los que han acudido a una entidad financiera para solicitarlo se les ha denegado, según datos de ATA.
El Banco Central Europeo (BCE) publicó hace algunas semanas los datos de la encuesta de flujo crediticio, en la que se muestra que, en el periodo comprendido desde octubre de 2013 a marzo de 2014, las pymes señalaron tener un mejor acceso a los préstamos bancarios en España. Además, las necesidades de financiación bajaron un 4% en dicho periodo. Pero ya lo avisó el presidente del Banco Sabadell, Jaume Guardiola: “El crédito ya fluye, pero habrá que darlo a quien pueda pagarlo”.
Desde la compañía consultora y de análisis económico AFI se confirma esta tendencia, ya que “existe una evolución positiva en el flujo crediticio a las pymes respecto a 2013, aunque aún estamos por debajo de los niveles del año 2012”, apuntan. Además, gracias a los datos aportados por el BCE, aseguran que “las entidades bancarias han mejorado las condiciones de concesión de créditos a las pymes” y vaticinan que “para los próximos tres meses habrá un mayor incremento de esta mejora”.
Pero ¿para qué es necesaria esa financiación? Hoy en día las pymes y los autónomos tienen, principalmente, problemas de liquidez. “Necesitamos ese dinero para sobrevivir, para nuestro día a día, para solventar los problemas de caja o el pago de los costes laborales de los empleados”, puntualizan desde la AJE. Otra parte de los pequeños empresarios lo necesitará para salir el exterior y comenzar su actividad en otros mercados.
“El cuello de botella está en los créditos de menos de 30.000 euros, que son precisamente los que necesitan el 70% de los autónomos”, recuerda Ferrero. Es evidente que la asunción de costes de tramitación y estudio, así como el riesgo que corren las entidades financieras, es poco rentable en comparación con operaciones crediticias de mayor cuantía. En general, existen pocos productos adaptados a las necesidades reales de las pymes y las asociaciones reclaman “alternativas de microfinanciación en las que se pondere más la viabilidad del negocio que la solvencia de la persona física”.
En Banco Santander hacen visible su compromiso con estas empresas: “Queremos tener una cuota de negocio mayor”, afirman desde la entidad. “Vamos a reforzar la oferta financiera con más crédito y mejores productos y servicios”. Además, han lanzado recientemente la marca Santander Advance, una fórmula dedicada en exclusiva a este sector, con la que esperan alcanzar los 30.000 millones de euros de nueva producción de crédito a pymes (un 24% más). También aspiran a incrementar un 22% la base de clientes.
CaixaBank, por su parte, ya ha firmado durante los primeros meses de 2014 diversos convenios dirigidos a la financiación a empresas, lo que se traduce en nuevas líneas de crédito por más de 8.500 millones de euros. La estrategia incluye, además, la puesta en marcha de CaixaNegocios, con la que han captado unos 100.000 clientes pyme mediante una red de gestores para tratar de tú a tú con el empresario.
El Banco Popular ha sido la entidad que, hasta el 21 de abril de 2014, más créditos ICO ha concedido. Con 1.159 millones de euros prestados y una cuota del 20,4%, ha elevado la cuantía un 7% respecto al mismo periodo de 2013. Este fuerte interés y los esfuerzos comerciales han hecho que más de 18.000 pequeñas empresas o autónomos se hayan convertido en clientes del Banco Popular en los tres primeros meses de 2014.
Sabadell confirma que su prioridad son las pequeñas empresas. De hecho, en 2013 otorgaron financiación mediante las líneas ICO a un total de 34.200 pymes y lo hicieron por un importe de más de 2.800 millones de euros. “Estos datos suponen un incremento del 106% respecto a 2012”, aclaran. En lo que llevamos de año han formalizado más de 11.700 operaciones.
En Bankia, aunque los criterios de concesión de créditos a pymes siguen siendo los mismos, comentan que “lo que puede haber cambiado es la valoración del mercado”. Es decir, existe más confianza en la recuperación y, por tanto, las pequeñas empresas empiezan a plantear financiación para el aumento de su capacidad productiva. Bankia ha comprometido para este año 15.000 millones de euros para ello, de los que ya en el primer trimestre ha otorgado 2.800 millones.
De alternativas y ángeles
La financiación privada es otra vía de la que tirar cuando se necesita dinero. Opciones hay muchas, pero no nos referimos a los tan valiosos apoyos familiares, sino, por ejemplo, a entrar en la Bolsa por la puerta adecuada, la del Mercado Alternativo Bursátil (MAB). Se trata de un mercado dedicado a pymes que buscan expandirse, con una regulación a medida, diseñada específicamente para ellas y unos costes y procesos adaptados a sus características. Tras una fase de aprobación, cualquier empresa con su capital social abonado puede acceder al MAB y emitir acciones.
Otra opción es hacerlo mediante la emisión de bonos gracias al Mercado Alternativo de Renta Fija (MARF), que comenzó a funcionar hace menos de un año y que aún está en proceso de adaptación. “Una vez que el mercado vaya ganando tamaño y madurez, será posible que sociedades más pequeñas puedan acceder a él, ya que hay ejemplos en otros países europeos”, indica Mariano Antón, director de corporate finance de la firma de servicios profesionales KPMG.
Por su parte, Beltrán Romero, director en el área de transaction services de la misma consultora, afirma que “las empresas que pueden actualmente acceder al MARF deben tener una cifra de negocio a partir de 150 millones de euros”. Además, “es necesario que las emisoras dispongan de un informe de evaluación crediticia y de riesgo”, indica Romero.
Otra de las opciones está en los llamados business angels o ángeles inversores (ya sea en redes o particulares), que están dispuestos a meter dinero en una empresa con alto potencial, pero siempre, según los expertos, “en busca de una idea clara y no de un boceto”.
Si el banquero se niega, busque ayuda pública
Ahora solo podemos recomendar acudir, siempre con un buen plan de negocio y una buena presentación, a la búsqueda de financiación institucional”. Así lo cree Ángel Monroy, presidente de la Asociación de Jóvenes Empresarios (AJE).
Organismos como el Instituto de Crédito Oficial (ICO) son la salvación de los pequeños empresarios. Eso sí, la aprobación o no del crédito recae en las entidades financieras colaboradoras, pero las ventajas y las condiciones son realmente favorables. “Nosotros instamos a los bancos a que abran la mano, pero nuestra misión es únicamente fondear”, explican desde la institución.
Para este año hay encima de la mesa 16.000 millones de euros (25.000 millones en 2015) que irán a parar a las distintas líneas del ICO. Y a través de la Iniciativa Pyme de la UE habrá 800 millones más a través de Fondos Feder. Uno de los objetivos es centrarse en la internacionalización de las pymes, ya sea por inversiones en el exterior o mediante la exportación.
Enisa es otra de las organizaciones más activas. La Empresa Nacional de Innovación es una sociedad de capital público que se encarga de proporcionar financiación a largo plazo a las pequeñas y medianas empresas innovadoras, especialmente en las etapas de crecimiento y de expansión inicial. En los próximos meses dispondrá de más de 98 millones de euros para proyectos empresariales de pymes tecnológicas y emprendedores jóvenes.
En el podio de la concesión de créditos a pequeños empresarios está también el Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial (CDTI). Gracias a su labor se canalizan las solicitudes de apoyo a los proyectos de I+D+i de las pymes y se logran poner en marcha algunos de vital importancia para el tejido industrial y empresarial español. Sin la ayuda del CDTI, muchas empresas no serían ahora lo que son ni hubieran prosperado.