Marruecos ofrece mano de obra agrícola a 5 euros por día

Las Provincias

  La oferta marroquí de tierras en alquiler está encontrando de momento escaso éxito entre los empresarios agrícolas valencianos. Y eso que entre las ventajas que esgrimen los representantes de Rabat, sin ningún rubor, figuran el bajo precio de su mano de obra, tan sólo 5 euros por día, y la entrada sin aranceles en EE. UU.

Ahmed Hajjaji, director de la Sociedad Estatal para el Desarrollo Agrícola de Marruecos, se reunió en la sede de Medvalencia y de la patronal valenciana Cierval con varias decenas de empresarios y representantes de entidades agrarias, que acudieron para ser informados de las condiciones en que Rabat pone en alquiler 56.500 hectáreas.

Hajjaji, que estaba acompañado por funcionarios del Ministerio de Agricultura marroquí, explicó que se trata de tierras de titularidad pública y se ponen en arriendo para periodos entre 17 años (para hortalizas y otros cultivos bajos) y 40 años (para cítricos, frutales, olivos, vid...) El precio de alquiler fluctúa entre 140 y 370 euros (23.294-61.563 pesetas) por hectárea y año. Después se podría ampliar a un total de 90.000 hectáreas.

Los interesados pueden materializar sus solicitudes hasta el 21 de febrero próximo y quienes quieran pueden visitar el muestrario de terrenos, que se extiende por varias zonas marroquíes, con diversas condiciones de suelo, clima, agua y posibilidades de cultivo. De las 56.500 hectáreas, unas 8.000 son o pueden ser de cítricos y en el resto abundan las de vid y olivar.

El ofrecimiento se ha hecho a todo el mundo, incluidos empresarios marroquíes, y los representantes del Gobierno de Rabat aseguran que se las solicitudes se estudiarán en igualdad.

Sin embargo la iniciativa, que también se expone en Madrid, Murcia y Sevilla, parece encontrar por ahora escaso éxito entre el empresariado valenciano, a tenor de lo dicho por algunos asistentes y de las pocas preguntas que formularon.

En casi todos pesa el mal recuerdo de lo que sufrieron las familias valencianas de cultivadores y comerciantes de cítricos, que fueron expulsadas de Marruecos en 1956, así como las dificultades estructurales y de contar allí con mano de obra cualificada. Salvo en casos muy concretos de cultivos de primor o muy industriales y mecanizables, también se ven como frenos los periodos de alquiler, temiendo que a su fin no hayan amortizado las inversiones o que se les obligue a finalizarlos antes de plazo.

Y eso que Ahmed Hajjaji se esforzó por remarcar como grandes ventajas los bajos salarios que se pagan en su país: tan sólo 5 euros por día, como mínimo la décima parte que en el campo valenciano, así como el carácter complementario (según dijo) de las producciones marroquíes con las valencianas y que a partir del 1 de enero las clementinas de Marruecos ya no pagarán aranceles para entrar en EE. UU. y las españolas sí. Un hecho, este último, que el director de Medvalencia, Ernesto Muñoz, elogió como muy ventajoso y a tener en cuenta.

Hajjaji también indicó que estas inversiones podrían frenar el problema de la inmigración ilegal desde su país hacia España.

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