Programa de Apoyo Empresarial a las Mujeres (PAEM)

Las marcas más baratas

02/03/2005

Expansión y Empleo

  El negocio de la franquicia se adapta a todos los bolsillos. En el mercado, existen varias enseñas que promueven el autoempleo con inversiones inferiores a 30.000 euros.

Poner en marcha una franquicia y que funcione no es cuestión de dinero. Lo importante es dar con un negocio que se adapte a las necesidades e inquietudes del inversor, ya que existen enseñas que pueden echar a andar con apenas diez mil euros –Aloe Shop, Telepóliza o Rústicas del Noroeste–. ¿Los sectores más propicios? El inmobiliario, los negocios relacionados con los servicios a pequeñas y medianas empresas, reparación –tanto de ropa como de equipos informáticos– y las agencias de viajes son algunos de los ámbitos donde un emprendedor con limitados recursos económicos puede hacerse un hueco.

Según los responsables de diferentes negocios, consultados por Expansión & Empleo, en el caso de las enseñas más baratas el objetivo principal es promover el autoempleo por lo que generalmente se buscan emprendedores con marcado carácter comercial. Éste es el caso de Tus inmobiliarias. Un desembolso de quince mil euros es suficiente para convertirse en franquiciado de esta nueva enseña. De esta cantidad, nueve mil euros se destinan al apoyo comercial desde la central y a cubrir los costes de presentación y promoción de la franquicia. Conseguir una red de inmobiliarias independientes –no más de treinta– que formen parte de su red para gestionar de forma conjunta clientes e inmuebles son las actividades de cada uno de los franquiciados. ¿Infraestructura? Un despacho de unos cuarenta metros cuadrados para recibir a asociados y gestionar los trámites con la central.

En el caso de C.E. Consulting Empresarial, su director general, Juan Estringana, explica que el futuro franquiciado deber tener en cuenta en primer lugar que es una inversión a largo plazo: Se trata de un negocio en el que aunque el arranque es barato, las perspectivas de crecimiento son grandes y, a veces, requiere segundas inversiones. Añade que sus franquiciados cuentan con el asesoramiento financiero necesario para abordar cualquier ampliación, pero que deben ser conscientes de sus capacidades. La parte más dura de este tipo de negocios es su marcado caracter comercial, lo que obliga a buscar perfiles muy específicos.

De la misma opinión es Iván Novo, director de expansión de Telepóliza, una correduría gallega que comenzó a franquiciar el año pasado y ya cuenta con 48 puntos de venta. Para Novo, es imprescindible que el emprendedor tenga una clara vocación comercial, ya que no es un negocio para invertir. Buscamos personas que dispongan del capital y las instalaciones necesarias para poner en marcha este negocio mediante el sistema de corners, espacios de superficie reducida sin fachada, con el objetivo de aprovechar sinergias. Y es que cualquier oficina con espacio disponible puede convertirse en correduría de seguros, previo pago de un canon de entrada de 8.800 euros y la puesta de un rótulo en su fachada –850 euros más–, que indique este servicio. Del resto, se ocupa el franquiciador.

La no existencia de stock es el mayor atractivo de AB Club del Viaje y uno de los factores que justifica la reducida inversión –17.000 euros más obra civil–, según Miguel Notario, gerente de esta enseña de agencias de viaje. No hay que comprar nada por adelantado. El local y un mobiliario muy reducido, mesa, estanterías y similar, son suficientes para la puesta en marcha, señala Notario, quien considera imprescindible la existencia de dos puestos de trabajo para llevar el día a día del negocio.

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