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El sector de los autónomos va a ser uno de los grandes protagonistas de la reforma fiscal en la que trabaja el Gobierno. En este sentido, el Ministerio de Hacienda estudia bajar el IRPF de los trabajadores por cuenta propia, cuya retención actual es del 21%, y fijar un tipo de retención variable en función de los ingresos, tal y como solicitó hace unas semanas el presidente de ATA, Lorenzo Amor.
En concreto, la petición de Amor pasa porque los autónomos dejen de elegir voluntariamente su base de cotización, tal y como ocurre actualmente, y que pasasen a cotizar "según sus rendimientos netos y no sobre suposiciones". De esta manera, se conseguiría "que los que más ingresos tengan paguen más para que los que tengan menos ingresos paguen menos". Así lo manifestó ante la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, que participó en la Junta Directiva de la organización.
Fijar los tramos
Los técnicos de Hacienda trabajan ahora para dilucidar los tipos que se deben aplicar en función de cada tramo de ingresos. Una de las alternativas que se barajan es que los autónomos con menos ingresos vuelvan a tributar al 15%, la misma cantidad fijada antes de la subida fiscal de septiembre de 2012, cuando el Ejecutivo de Mariano Rajoy elevó el tipo de retención en 6 puntos. Una subida que en principio se mantendría hasta 2013 para después bajarlas en 2014. Una promesa que el presidente del Gobierno no pudo cumplir por los problemas para cuadrar las cuentas.
El objetivo ahora del Ejecutivo, si finalmente se superan todos los obstáculos, es anunciar la medida durante el debate sobre el estado de la Nación que se celebrará la próxima semana, según Cinco Días, que cita a fuentes de la Administración.
Sin embargo, establecer una retención diferente en función de los ingresos reales implica ciertas dificultades, debido a que los ingresos son imprevisibles. Lo más probable, si la medida sale adelante, es que se fije un tipo de retención en función de los beneficios y facturación de los años precedentes. El problema en este caso es el desafe de la información fiscal, ya que los últimos datos que posee Hacienda corresponden a 2012.