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Se trata de una iniciativa que ya había anunciado Luis de Guindos durante estas semanas. El ministro de Economía tiene previsto impulsar de forma inminente, antes de que termine la Legislatura, una Ley de Segunda Oportunidad para los autónomos.
Es un plan de choque que pretende que un pequeño empresario no sea anulado al primer fracaso. Está pensada para que los emprendedores que fracasen en su primer negocio puedan impulsar otro proyecto en algún momento sin ser asfixiados por las deudas contraídas con Hacienda, con la Seguridad Social o con los bancos. Para ello se plantean quitas parciales y totales a este endeudamiento siempre y cuando los autónomos justifiquen que la crisis de su negocio no se produjo por razones fraudulentas.
La idea del Ejecutivo es que la nueva ley esté vigente en abril de 2015, para empezar a rescatar a los autónomos en dificultades que demuestren buena voluntad según publica el diario Expansión. También se pretende facilitar que desparezcan de los registros de morosos.
Moratoria y mínimo inembargable
Otro de los asuntos que estudia el Gobierno para esta nueva ley sería facilitar una moratoria de hasta dos años en las deudas con la Agencia Tributaria y de las cotizaciones con la Seguridad Social. Está comprobado que es la deuda con el Estado lo que más asfixia a los pequeños empresarios que fracasan.
Otra de las propuestas que se barajan es que sea el Estado el que asuma en el futuro la provisión de deuda durante el plazo de moratoria, lo que evitaría que las entidades restrinjan la financiación, según afirma Expansión. Sería a través del ICO o de la Sociedad de Garantía Recíproca (SGR).
Por su parte, las asociaciones de autónomos piden al Ejecutivo que limite el mínimo inembargable. Solicitan que no se les pueda embargar el salario íntegro, sino que se establezca como límite el salario mínimo, que son 648,6 euros, como ocurre con los asalariados. Y es que en la actualidad un autónomo está obligado a responder con sus bienes presentes y futuros hasta que satisfaga su deuda, por lo que muchos empresarios que vieron fracasar su negocio han padecido situaciones críticas también en el plano personal.
Este modelo de segunda oportunidad existe desde hace años en países como Francia y parece que ha tenido resultados positivos.