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Sin lugar a dudas, este año que termina ha marcado un antes y un después en el mundo del emprendimiento español. No sólo porque se ha hecho eco de los problemas que impiden la creación de nuevas compañías, sino que también se han dado a conocer los grandes logros de estos soñadores empresariales.
Las nuevas tendencias en cuanto a financiación y soportes alternativos han servido de hoja de ruta para un 2014 que será recordado como el año en que, incluso el Gobierno, se dio cuenta del peso y la importancia que los emprendedores tienen en la recuperación económica.
Epicentro del escaparate bancario
Parece que la multiplicación de formas alternativas de financiación y el interés del Gobierno por regularlas, son los responsables de que 2014 sea el año en que los bancos han vuelto a mostrar interés por las pymes. Los reclamos publicitarios para las pequeñas empresas con necesidad de liquidez forran los cristales de las sucursales, las cuales ofrecen lo que en un primer momento parecen suculentas ofertas. Porque el crédito repunta, pero tiene su precio, y los requisitos que deben reunir las empresas que quieran acceder a la financiación bancaria son, cuanto menos, exigentes.
Gowex y el miedo a una burbuja 'startup'
Gowex era sólo una pyme más, hasta que se convirtió en la mayor tecnológica española por valor en bolsa. Pero la empresa no fue popularizada por estos éxitos, sino por el gran fraude bancario cometido por su consejero delegado, Jenaro García. Así, y mientras los políticos se terminan de acostumbrar al nuevo léxico que el sector de las startups exige, la situación favorece a una recaudación de fondos descontrolada. En un contexto hipotético pero no improbable, los emprendedores obtendrían subvenciones sin tener que explicar a qué se van a destinar. Sin embargo, el ministro de Economía, Luis de Guindos, se ha procurado muy bien de incluir en la nueva Ley una supervisión por parte de la Comisión Nacional del Mercado de Valores, la cual tratará de evitar esta burbuja.
Consumo colaborativo
El crowdfunding es sólo la parte más empresarial de este nuevo modo de consumo. BlaBlaCar, Amovens, Wallapop, Uber... Todas estas plataformas se han ido consolidando a lo largo de 2014, en parte por las ventajas económicas que plantean, pero también por las connotaciones que el concepto lleva intrínseco. Por poner un ejemplo, Miguel Vicente, consejero delegado de Wallapop, aplicación para la compra y venta de objetos de segunda mano, confesaba el pasado agosto que la plataforma gestiona transacciones por valor de 10 millones de euros al mes. Aunque quien verdaderamente ha puesto patas arriba un sector ha sido Uber, startup a la que taxistas y tribunales han declarado la guerra, y la cual podría estar valorada en 32.000 millones de euros.
La innovación nacional, la favorita de la UE
Con un presupuesto de 80.000 millones de euros, Horizonte 2020 se ha convertido en el mayor programa de subvenciones de la UE, el cual incluye la iniciativa Vía rápida hacia la innovación, que durante su primera ronda de selección recibió 2.662 propuestas, de las cuales fueron escogidas 155, 39 de ellas españolas. Así, estas pymes, dedicadas a distintas materias y provenientes de varias Comunidades Autónomas, se han hecho con ayudas de 50.000 euros cada una para el estudio de la viabilidad de sus proyectos.
Un gran paso legal para la financiación colectiva
El pasado 3 de octubre, el Consejo de Ministros daba el visto bueno al Proyecto de Ley de Fomento de la Financiación Empresarial, por el cual se regulará el crowdfunding, herramienta ya indispensable en el ámbito emprendedor. La norma, a pesar de haber sido redactada tras hablar con representantes del sector, sigue sin convencer. "Restrictiva, controladora y limitadora de la acción del inversor". En palabras de Daniel Oliver, presidente de la Asociación Española de Crowdfunding, ésta es la opinión general que la financiación colectiva tiene acerca del nuevo Proyecto de Ley, que estaría centrado en controlar al inversor y no en ofrecer beneficios fiscales para quienes apuesten por el modelo, lo cual nos deja en desventaja con respecto a otros países.
El 'e-commerce' rompe la barrera de los 14.000 millones
El Ministerio de Industria, Energía y Turismo, presentaba recientemente el Estudio sobre Comercio Electrónico B2C 2013, el cual no hace sino confirmar el espectacular avance del comercio electrónico, que alcanzó el pasado año los 14.610 millones de euros, cifra que representa un incremento del 18 por ciento con respecto a 2012. En este sentido, no es complicado augurar que este año que termina consolidará el crecimiento exponencial del comercio electrónico con respecto a 2013. El extendido uso del smartphone y las tabletas, así como de las plataformas de pago por Internet y el ascenso de webs como eBay o Amazon, hace que España esté cada día más cerca del alcanzar las cifras que ostentan países como Francia o Reino Unido, aunque todavía falta bastante trecho por recorrer.