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Las pequeñas y medianas empresas proporcionan casi el 38% del total del empleo en el sector privado no financiero europeo, lo que confirma que son precisamente las pymes -formas societarias con plantillas entre las 10 y 249 personas- las grandes generadoras de puestos de trabajo y, por lo tanto, motores del crecimiento.
Y, sin embargo, de los 22,1 millones de compañías censadas en la Unión Europea en 2011 -último ejercicio auditado por la oficina de estadísticas europea, Eurostat-, tan sólo el 7,3% eran pymes, frente al 92,5% de microempresas -menos de diez personas en nómina- y al rácano 0,2% de grandes compañías.
Esta falta de tamaño empresarial es mucho más evidente en el caso de España, donde de un total de 2,1 millones de compañías privadas en 2011 -que daban empleo a 10,10 millones de ocupados-, el 94,1% eran microempresas con entre 1 y 9 trabajadores en nómina.
Tamaño medio
Y, lo que es aún más significativo: en comparación con Alemania -la locomotora de la UE y de la eurozona-, que acredita un tejido empresarial con un 17,7% de pymes, España exhibe un 5,8% de firmas de tamaño medio, es decir, menos de la mitad. Una desventaja que se mantiene respecto a Luxemburgo, Austria o Reino Unido. De hecho, España es el noveno país en mayor proporción de microempresas.
A diferencia de lo que sucede en el conjunto de la UE, en Alemania y también en competidores directos como Francia, en España son las micrompresas las que aguantan el peso del empleo: ofrecen el 38,5% del total, por tan sólo el 33,8% que facilitan las pymes y el 27,7% de las grandes estructuras societarias.
Esta atomización de las compañías nacionales, junto con la falta de conglomerados de tamaño medio, es una rémora para afianzar el repunte exportador, un sector que tan decisivo ha sido para salir de la recesión como clave será para salir de la crisis. Por el contrario, y según un informe del Instituto de Estudios Económicos (IEE), el país con menos microempresas es Alemania, que sin embargo alberga más pymes y grandes compañías.
Facturación y exportación
En términos de facturación, son los grandes grupos los que se llevan la palma en la Unión Europea, con el 43,5% del total, frente al 38,3% que declaran las pymes y el 16,7% que anotan las microempresas de la UE.
También en este caso, España es diferente, ya que, con un 38,8% de facturación, las pymes aventajan a las grandes compañías, que reportaron el 38,5% del total de la cifra de negocio nacional en 2011. Esta es asimismo la situación de otro periférico y directo competidor, Italia, donde el marcador a favor de las pymes es aún más abultado: aportan el 42,5% de la cifra de negocio total, mientras los grandes grupos declararon el 32,2%.
Respecto a la exportación, es innegable que España gana peso debido a la mayor competitividad por los menores costes laborales. Pero también en este caso, la reducida dimensión de la empresa española es un hándicap, según expertos, pues tienen más difícil acceder al crédito que las grandes. Y, cuando lo logran, deben pagarlo más caro que sus competidoras europeas. Como pone de relieve un informe de Funcas, las pymes españolas llegan a pagar por su financiación hasta el 77 por ciento más que las alemanas.
Por ende, la falta de tamaño determina la competitividad, según el Círculo de Empresarios, que en uno de sus estudios concluía que "si España tuviera la composición de Alemania por tamaño de empresa, su productividad agregada sería el 13% superior a la actual".
En su informe, el Círculo argumentaba que los niveles de productividad aumentan con el tamaño. Y facilitaba algunas cifras: en promedio, una empresa grande tiene dos veces la productividad de una microempresa. Asimismo, la productividad de una compañía mediana es 1,7 veces la que registra una microempresa.
También para los expertos y cámaras de comercio es innegable la interrelación entre dimensión empresarial, productividad y capacidad exportadora, y precisamente la duda es si el tejido empresarial español, copado por la microempresa, es lo bastante potente para afianzar la ganancia de cuota exterior.
Un ejemplo significativo del pequeño tamaño empresarial español es el de la industria manufacturera. Según cifras oficiales, el 85% de las sociedades industriales son microempresas, y de ellas casi la mitad -46,6%- tiene entre 1 y 9 empleados.