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China ya es el gran mercado mundial. Su población va ganando poder adquisitivo, por lo que se ha convertido en una tierra de las oportunidades. Pero antes de embarcarse en una aventura empresarial por el coloso asiático es necesario tener en cuenta algunas de sus particularidades. No sería la primera vez que una empresa española fracasa en su intento de abrir mercado en China al pasar por alto factores de tipo económico, legal o cultural. Descarga gratis la revista de Franquicias.
Al igual que es importante respetar el modus operandi chino en los negocios para causar una buena impresión y evitar malentendidos, el director comercial de la Cámara de Comercio de España en China, Manuel Galán, aconseja contratar a un intérprete chino que no sólo conozca el idioma local, sino también las costumbres, pues con el inglés en ocasiones se pierden matices que pueden truncar un acuerdo importante.
Sin embargo, China cuenta con una ventaja a la hora de emprender: a pesar de sus grandes dimensiones, similares a las de todo un continente, el país hace ya tiempo que eliminó las fronteras comerciales interiores para impulsar la economía, algo que también juega a favor de los empresarios extranjeros, que tendrán que enfrentarse a un único mercado y no a muchos regionales.
Ganarse la confianza
La forma de hacer negocios no es igual en China que en España. Antes de cerrar un acuerdo es normal esperar un mínimo de tres o cuatro meses, tiempo en el que el empresario español deberá ganarse la confianza del socio local.
El gigante asiático también está sufriendo la crisis mundial, pero sus cifras siguen siendo envidiables. China experimentó en los tres primeros meses de 2013 un crecimiento de su PIB del 7,7% interanual, lo que representa una desaceleración de dos décimas respecto a la expansión del 7,9% observada en el cuarto trimestre de 2012, según datos publicados por el Buró Nacional de Estadística.
Contactos locales
A la hora de lanzar un negocio en China es de vital importancia contar con un contacto local que nos facilite la entrada, así como contactos con proveedores del lugar, mano de obra o cualquier otro apoyo que necesitemos. Si no conocemos a nadie, como, por otro lado, sería lo normal, podemos recurrir, por ejemplo, a asesores empresariales de origen chino.
Actualmente existe en China una buena apreciación hacia los productos españoles. Este aspecto, ligado al buen hacer de nuestros empresarios, ha permitido un crecimiento anual de las exportaciones desde España hacia el gigante asiático superior al 11%.
China se ha convertido en el principal cliente de las exportaciones españolas de productos y tecnologías de doble uso -civiles, pero aplicables al ámbito militar o nuclear- con compras de material de lo más diverso: desde sensores o válvulas para plantas petroquímicas a circuitos integrados para el sector aeroespacial. Las ventas a la República Popular China alcanzan la cuarta parte del total de esas exportaciones, con un total de 16 millones de euros y dejan a Irán como segundo receptor.