Programa de Apoyo Empresarial a las Mujeres (PAEM)

"Empecé en un taller de 2 metros cuadrados y ahora tengo una tienda"

25/03/2013

www.elconfidencial.com

  En muchas ocasiones, emprender un nuevo proyecto no acarrea tras de sí un megalómano modelo de negocio, ni una campaña de 'marketing', ni una inversión millonaria. Son muchas las veces que un negocio sale adelante gracias a la idea y el empeño de una persona que, sin más pretensiones, apuesta por montárselo por su cuenta. Ése fue el caso de Rocío Martín, una paisajista que se dedicaba al diseño floral pero no siempre acababa contenta con el resultado final: "Estuve muchos años como jefa de obra en jardinería, y a veces diseñaba una cosa y, a la hora de ejecutarla, no salía lo que yo había diseñado", explica la emprendedora a Teknautas. "Un día decidí que quería diseñar, crear y hacerlo yo todo", nos cuenta. Y así fue como nació Verde y en Botella, una empresa de diseño floral que cuenta sus experiencias en Anfix.tv.() La empresa ha pasado por dos fases: "Primero empecé trabajando en mi casa, en un minitaller de 2 metros cuadrados: me compré una cámara de flores, llamé a un amigo fotógrafo, me hizo unas fotos e hicimos la web. Y así estuve tres años". Fue hace un año cuando la cosa cambió con la entrada de su socio, Miguel Muñoz: "Me dijo que había que sacarlo a la calle, vimos el local, nos pegamos una paliza montándolo y en 15 días estaba la tienda abierta". Para Miguel, la empresa tiene un valor añadido: "No dejamos de ser una floristería, pero no queremos ser la floristería convencional. Siempre intentamos innovar. Además, aparte del diseño floral, diseñamos jardines, hacemos diseños en terrazas, etcétera." "Animaría a cualquiera... si la inversión no es muy grande" Para Rocío, emprender ha provocado un cambio radical en su vida. Un cambio que desea a cualquiera: "Todo el mundo me animó a hacerlo, así que yo animo a todo el mundo". Aunque matiza: "Si la inversión no es grande, que eso es importante. En mi caso no era grande". Para ella, lo mejor de esto es "la satisfacción de ser tú la propia dueña de tu trabajo y hacer lo que quieres, lo que te gusta y no tener jefes. Aunque, cuando emprendes, tus jefes son todos tus clientes, porque todos los días te examinan".

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