Currículum vitae anónimo para sortear la discriminación

Cinco Días

  Sin nombre ni apellidos. Sin nacionalidad. Sin fotografía. Así podría ser el currículum vitae del futuro en Francia, o así al menos es como lo imagina el ex presidente de la aseguradora Axa, Claude Bébéar, para quien la lucha contra la discriminación en la empresa no es un asunto de compasión, sino más bien de interés bien entendido. Pragmático, el actual presidente del consejo de vigilancia de la aseguradora ha sido el artífice de una serie de propuestas al Gobierno galo para luchar contra la discriminación de minorías visibles, imaginativo eufemismo para referirse a la población activa inmigrante víctima del racismo en Francia. Las cifras hablan por sí solas. El índice de paro de titulados alcanza el 18% de jóvenes extranjeros procedentes de países extracomunitarios, frente al 7,2% de extranjeros procedentes de la UE y el 5% de franceses de origen.

Sin embargo, el abismo comienza mucho antes de la Universidad. La discriminación empieza en el colegio, lanza el informe. El propio sistema escolar orienta a los jóvenes inmigrantes hacia sectores profesionales que requieren menor formación académica. Y si seguimos hacia atrás, el abismo se remonta a los últimos 30 años y a la estrategia de integración de estas minorías en Francia.

El último informe del Tribunal de Cuentas sobre la acogida de inmigrantes y la integración de poblaciones procedentes de la inmigración, publicado la pasada semana, lanza una dura crítica a una ausente política de integración que ha conducido a una situación de crisis, resultado de la forma en que la inmigración ha sido tratada. Según el documento, la reagrupación familiar que siguió a la inmigración por mano de obra durante los años setenta no estuvo seguida de una estrategia coherente con el fenómeno.

La recesión económica de aquellos años acentuó la ya existente segregación urbana. La población inmigrante, principal víctima, entró así en un círculo vicioso de pobreza, concentración de población y abandono escolar. Y la reacción esperada de los sucesivos Ejecutivos fue sustituida por la resignación, fustiga el informe.

Hoy, la exclusión de estas minorías se acentúa por una incitación a la actividad demasiado débil, provocada por prestaciones sociales que desmotivan la búsqueda de empleo, según las conclusiones de Bébéar. Esta realidad y los persistentes prejuicios sociales provocan la reticencia de las empresas a contratar a las minorías inmigrantes. Para luchar contra ello, Bébéar apuesta por anular la identidad del candidato, que llegaría de forma anónima a la entrevista de trabajo. Además, un cuestionario destinado a los empleados, también anónimo, permitiría realizar una fotografía estadística de la empresa, con el fin de medir la diversidad. A ello se añadiría una red de promoción de talentos, en la que las empresas ofrecerían becas a los buenos alumnos de zonas de educación prioritarias.

En principio, medidas voluntarias que ya han tenido eco en la esfera pública. La Comisión de Asuntos Sociales del Parlamento galo adoptó la semana pasada una enmienda para hacer sistemáticos los currículos anónimos en empresas de más de 250 empleados. Para el diputado de la UMP Hervé Martiron, no es negando los problemas como vamos a resolverlos. El principio del anonimato no puede erigirse en principio de organización de la sociedad, explicó a Le Monde.

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