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Si hace poco decidiste abrir una empresa o autoemplearte como autónomo, enhorabuena, ya eres un emprendedor. Perteneces a una casta superior que ha hecho gala de su creatividad, valentía y esfuerzo para generar su propio trabajo y, con suerte, el de otras personas.
Sin embargo, si te creíste aquello de que todos los políticos te allanarán el camino para dar cobertura a tu extraordinario atrevimiento, quizá te lleves alguna que otra decepción. Sobre todo si tenemos en cuenta que en las últimas semanas y aprovechando el asueto prenavideño, el Gobierno ha subido cuatro impuestos que más pronto que tarde notarás en tu bolsillo.
Son los siguientes:
1. Subida del 2% de la base mínima de cotización. Según el decreto ley del pasado 20 de diciembre titulado “de medidas para favorecer la contratación estable y mejorar la empleabilidad de los trabajadores”, se produce una subida del 2% de la base mínima de cotización para los autónomos, de los 858,60 euros a los 875,70.
Esto quiere decir que la cuota mínima mensual pasa de 256,72 a 261,83 euros.
2. Subida del 5% de la base máxima. Los que cotizan por la base máxima también han sufrido un aumento, en este caso del 5%.
De este modo, los autónomos que elijan la cotización máxima mensual, que hasta hace poco era de 3.425,70 euros, pasarán a pagar 3.597.
3. Subida del 22% a los autónomos societarios y con empleados. Si has montado una empresa y estás constituido como autónomo societario, tu base mínima de cotización sube hasta los 1.051,50 euros. De este modo, tu cuota mensual pasará de 256,72 a 313,4 euros.
Este aumento también se aplica a los autónomos con más de diez empleados.
4. Cotización por comida, transporte, guardería... El decreto ley también ha incluido como elementos cotizables algunos elementos que hasta ahora no se incluían en la base de cotización. Entre estos añadidos se encuentran elementos como las ayudas de comida, los seguros médicos, los complementos de transporte o los propios planes de pensiones, entre otros.
Todos estos añadidos, que sólo serán aplicados a las bases de cotización bajas, serán (en principio) asumidos por la propia empresa. No obstante, los trabajadores también podrían verse afectados, ya que podrían verse abocados a una pérdida de poder adquisitivo si la empresa tiene que cotizar por estos conceptos.
En total, unas subidas de impuestos que pueden parecer nimias, pero si tenemos en cuenta que en nuestro país hay 3.050.341 autónomos... parece que el afán recaudatorio sale bastante rentable a las arcas públicas.