El crudo y las tensiones inflacionistas ahogan el negocio de los exportadores
16/08/2007
www.expansion.com
La situación de los empresarios exportadores españoles empeora: aseguran que están al límite de su capacidad para compensar mediante mejoras de la productividad el imparable deterioro de su competitividad. Un fenómeno provocado por factores externos a la propia dinámica del negocio y la gestión empresarial.
Factores estos que, en parte, son comunes a los que perjudican al resto de los competidores, como la cotización del euro, los tipos de interés y el precio del petróleo. Pero que en España se ven agravados por desequilibrios estructurales como son los diferenciales de inflación, la mayor carga fiscal y el aumento de los costes salariales.
Los responsables de las principales organizaciones de exportadores exigían el pasado lunes reformas de primer orden en los ámbitos tecnológico, laboral, fiscal y educativo. Ahora, las quejas y demandas empresariales están ya sobre la mesa de los técnicos y responsables del Ministerio de Industria en forma de conclusiones de la última Encuesta de Coyuntura de la Exportación.
Los resultados de este estudio que realiza la Secretaría de Estado de Turismo y Comercio, correspondientes al segundo trimestre de este año, muestran cómo siete de cada diez exportadores denuncian que los precios de las materias primas y la competencia internacional son los factores que más están perjudicando su actividad exportadora. Ambos factores son citados por el 69,7% y el 64,8%, respectivamente, de los empresarios con actividad en los mercados internacionales. Mientras, otro 52,7% incluye también al precio del petróleo entre los obstáculos que frenan su ventas.
Tres jinetes del Apocalipsis que amenazan el negocio de las empresas y la competitividad exterior de la economía española, que están espoleados, directa o indirectamente, por los diferenciales de inflación, el repunte de los costes laborales hasta el 4% interanual en el segundo trimestre (el más alto de la zona euro) y las deficiencias en infraestructuras. Problemas cuya responsabilidad atañe fundamentalmente a las distintas administraciones del Estado y sobre los que no dejan de alertar la patronal CEOE y el Banco de España.
En concreto, el último informe del banco emisor atribuye dos tercios del déficit exterior al diferencial de precios con nuestros principales competidores. Una brecha que, si se analizan los datos de la citada Encuesta de Coyuntura, es también ajena a la voluntad y la gestión de las empresas que, por el contrario, siguen apretándose el cinturón para mantener, al menos, sus ventas y sus pedidos internacionales.
Así, más de la mitad de los empresarios exportadores, el 61,5%, declara haber mantenido estables sus precios de exportación entre abril y junio, lo que en términos reales es una rebaja por el impacto de la inflación. Este porcentaje de empresas supera en 14,7 puntos al registro marcado entre enero y marzo, mientras que otro 11,5% afirma claramente que se ha visto obligado a reducir sus precios para poder vender. En la misma línea, el 71,7% de los exportadores asegura que ha congelado o reducido sus márgenes de beneficio por las ventas en el exterior, frente a sólo un 13,7% que reconoce haberlos aumentado.
La repercusión de estos factores negativos sobre las ventas en el exterior se refleja también en la encuesta. El porcentaje de empresas que afirma que su cartera de pedidos se ha mantenido estable entre abril y junio aumenta 4,9 puntos, hasta el 48,4%, respecto al primer trimestre. Otro 17% señala que se ha reducido (1,5 puntos más) y bajan 3,4 puntos porcentuales, hasta el 34,4%, las empresas que admiten una evolución al alza.
La competitividad exterior, en mínimos.
La inflación es también, junto a un euro sobrevalorado, la responsable de la nueva caída de la competitividad en precio de las exportaciones españolas. Y el culpable de que este indicador se coloque en mínimos históricos tanto respecto a la UE como frente al resto de lo
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