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El Banco Central Europeo (BCE) elabora un plan de ayuda de hasta 40.000 millones de euros destinado a reactivar el crédito a las empresas medianas y pequeñas de los países del sur de Europa, según publica el dominical alemán 'Frankfurter Allgemeine Zeitung' con fuentes de la entidad.
El banco europeo trabaja en una serie de medidas inéditas con el objetivo de combatir el peligro de deflación e impulsar el crecimiento, especialmente en los países castigados por la crisis. Entre los instrumentos que analizan los banqueros europeos figuran una nueva rebaja de las tasas de interés, actualmente en el 0,25%, a poco más del 0%, y la imposición de un interés negativo a los bancos que depositen el dinero en el BCE en lugar de prestarlo a hogares y empresas.
Pero además, altos miembros de la entidad apoyan la aplicación de un plan para otorgar dinero a largo plazo y bajo interés a los bancos a condición de que lo hagan llegar a la economía real en forma de créditos y no continúen adquiriendo títulos de deuda.
Este programa de ayuda podría ascender hasta los 40.000 millones de euros y sería aplicado en una primera fase a escala reducida para comprobar sus efectos. Según informa el semanario "Der Spiegel", el programa de refinanciación de largo plazo se extendería por un máximo de cuatro años y todavía no hay consenso sobre si el interés debería ser variable o fijo.
Los detalles están siendo muy discutidos, pero los directivos del BCE están mayormente de acuerdo en poner el plan en marcha, asegura el "Frankfurter Allgemeine Sonntagszeitung". La decisión es esperada el jueves, cuando se reúna el Consejo de Gobierno.
Miembros de la entidad insinuaron que la medida también es vista con buenos ojos por el presidente del Banco Central alemán, Jens Weidmann, uno de los principales críticos de la compra de bonos soberanos por parte del BCE.
El presidente del banco europeo, Mario Draghi, recordó días atrás en la localidad portuguesa de Sintra que persiste aún grandes diferencias en la concesión de créditos a empresas en la eurozona.
Mientras que en Alemania sólo un 1% de las compañías tienen problemas de financiación, en España son un 25%, y en Portugal ascienden a un tercio, consigna el dominical.