Los argentinos idean negocios insólitos para salir de la crisis

Cinco Días

  Las reiteradas crisis en Argentina han llevado a sus habitantes a aguzar el ingenio para rebuscárselas con algún trabajo. La última crisis, ocurrida entre 1998 y 2002, no fue una excepción. A raíz de ella han aparecido chóferes para conductores ebrios, asesores para elegir el mejor colegio para los hijos o la mascota ideal, organizadores de días de compras y especialistas en combatir los piojos de los chavales.

Gabriel Iezzi, de 42 años, y Víctor Varone, de 41, comparten un bufete de abogados desde 1989 y se especializan en todo lo que sucede en la calle, desde accidentes hasta robos de camiones. Tras un viaje a EE UU en 2002, crearon El Ángel Guardián. Ante la llamada de un cliente ebrio o con imposibilidad de conducir, la empresa envía a cualquier sitio de la ciudad de Buenos Aires alguno de los tres coches de los que ya disponía el bufete. El chófer de emergencia toma el volante del vehículo del conductor en problemas y le traslada a su destino. Cada asistencia cuesta 4,30 euros.

El Ángel Guardián ha comenzado a actuar este mes y ya ha firmado un acuerdo con la aseguradora Liberty para ofrecer gratis este servicio a los suscriptores de una póliza. Además, negocia con dos cerveceras, la local Quilmes y la chilena CCU -que fabrica Budweisser-, para que regalen esta asistencia a clientes de restaurantes de moda. En 2001 o 2003 no era una buena época para hacer este negocio, pero ahora las empresas quieren dar valor añadido, explica Iezzi.

El paro afectó en 2002 a un cuarto de los argentinos y ahora se encuentra en el 12%. En ese contexto, las licenciadas en Ciencias de la Educación Alejandra Scialabba y Tamara Vinacur formularon la consultora Diéresis que por 85 euros elabora a los padres un diagnóstico sobre las cinco escuelas más apropiadas para sus hijos. La idea surgió mientras estudiábamos en la facultad. Cuando la gente se enteraba de la carrera que cursábamos, enseguida nos preguntaban a qué colegio podían mandar a su hijo. Vimos que ahí podía haber una veta, recuerda Scialabba.

La veterinaria Emervet asesora en la búsqueda de la mascota que mejor se adapte a su dueño.

Teresa Bustos, una madre que luchó contra los piojos de sus cuatro niños, ahora arranca a domicilio esos insectos de los cabellos de hijos ajenos por 7,10 euros.

Lucila Alurralde ordena y cataloga las bibliotecas hogareñas: cobra 57 céntimos por libro.

Bárbara Díez se ocupa de todo lo que en una boda puede agobiar a una novia.

Con la devaluación del peso en 2002, Argentina se convirtió en un país barato y muchos optaron por ofrecer servicios a los turistas portadores de dólares o euros. Ana Mayo los lleva a tiendas exclusivas a las que se accede con contraseña o que fabrican el zapato a medida en el día.

Los cuñados Marcos Virasoro y Manuel Artagaveytia, socios de Golf in Argentina, organizan un día entre hoyos y palos. En 2001, estábamos hartos de nuestros trabajos, queríamos emprender algo propio y éramos golfistas. Con la devaluación vimos que había un buen negocio, cuenta Artagaveytia. Después surgieron otros, como organizar torneos para empresas. Tratamos de despegar haciendo lo que nos gusta.

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