La Opinión de Coruña
La reforma del impuesto de sucesiones y donaciones, que entró en vigor ayer, elimina la tributación del 90% de las herencias gallegas, entre las que se encuentran uno de los elementos con "más presencia" en los patrimonios de los gallegos, la vivienda habitual.
Según informó la Consellería de Economía e Facenda, la nueva ley beneficiará "significativamente" a los pequeños y medianos patrimonios familiares ya que se basa en un tratamiento "muy favorable" para los dos elementos más habituales, la vivienda y la empresa familiar.
-Vivienda habitual. La nueva norma elimina la tributación de la vivienda habitual para el cónyuge con un límite de 600.000 euros, se rebaja hasta en un 99% para los hijos y se reduce para los herederos jóvenes hasta los 25 años. Las personas que adquieran la vivienda deberán mantener el inmueble durante los cinco años siguientes -antes eran 10- excepto en caso de muerte del nuevo propietario. Si se vende la vivienda en este plazo y la totalidad de su importe se reinvierte en la adquisición de una vivienda situada en Galicia y que vaya a ser vivienda habitual del beneficiario, no se perderá la reducción solicitada. En el caso de las donaciones, se amplía el límite para la adquisición de una vivienda habitual en Galicia a 60.000 euros. Este beneficio será aplicable también para donaciones posteriores a la compra destinadas a pagar los préstamos pendientes.
-Empresas. La reforma del impuesto elimina "prácticamente" el impuesto para las pequeñas y medianas empresas (pymes), empresas familiares -entendidas hasta el cuarto nivel de parentesco-, las explotaciones agrarias y para las porciones hereditarias inferiores a 125.000 euros. En concreto, la reducción es del 99% de la base imponible, tanto para sucesiones como para donaciones.
-Sucesión a los hijos. Cuando la herencia se realice en favor de hijos o adoptados de menos de 21 años, la reducción en la base imponible será de 1 millón de euros, sumando 100.000 euros por cada año menos de 21 que tenga el beneficiario, con un límite del 1,5 millones. Mientras, en el caso de los descendientes o adoptados mayores de 21 años y hasta los 24 se aplicará una rebaja progresiva de la base imponible partiendo de 900.000 euros para los hijos de 21 años. La rebaja irá aumentando en 100.000 euros por cada año mayor: con 22 años 800.000 euros, con 23 años 700.000, etc.
-Discapacitados. La modificación del impuesto de sucesiones incluye también la exención del tributo a las personas con discapacidad superior al 65%, independientemente de que sean beneficiarios de otras reducciones por parentesco, siempre que su patrimonio anterior no supere los 3 millones de euros. En el caso de aquellas personas que tengan una minusvalía inferior al 65% y superior al 33% se beneficiarán de una reducción de 150.000 euros.
-Espacios protegidos. En el caso de propiedades que estén dentro de la red gallega de espacios protegidos, la reducción de la base imponible será de un 95% para el cónyuge, descendientes, ascendientes y adoptados o adoptantes. Al igual que en el caso de la vivienda habitual, los nuevos propietarios deberán mantener al menos durante cinco años los terrenos adquiridos, con la única excepción del fallecimiento del beneficiario de la herencia.
-Otros cambios. La nueva norma sobre este impuesto equipara también la fiscalidad de las parejas de hecho a la de los matrimonios y amplía el límite de las donaciones para la adquisición de vivienda habitual a mujeres víctimas de violencia de género.
La Consellería de Economía asegura que la nueva ley permite disponer de un impuesto "más justo y equitativo" acorde con los cambios sociales. En el ámbito empresarial, el departamento que dirige José Ramón Fernández Antonio considera que la reforma "impulsa la dinamización de la economía gallega" y supone un "incremento" de la competitividad y de apoyo a la actividad de las empresas ya que "facilita" la continuidad de las compañías familiares en los procesos de sucesión.
El conselleiro de Economía matizó que Galicia cuenta con "el trato fiscal más favorable de España" sobre vivienda habitual y empresas familiares.
Con esta reforma la Xunta dejará de ingresar unos 75 millones de euros por este impuesto, de los 165 millones que ingresaba antes a los 90 o 100 millones de ahora.