Cinco Días
Cada mañana, cuando me despierto, sé que lo puedo hacer. Sé que lo quiero hacer... ¡Pero no sé cómo hacerlo!'. Nome Rabebe, de 29 años, es productora de televisión en Sudáfrica y puede que pronto encuentre remedio a su frustración. Se estrena en el curso para mujeres emprendedoras africanas que el IE Business School inaugura hoy en Madrid y que concluirá el jueves.
Con ella son 23 mujeres con empresa propia que buscan 'desarrollar una metodología para hacer sostenibles sus compañías', dice Ignacio de la Vega, director del Centro Internacional de Creación de Empresas del IE y profesor del seminario.
Congo, Ruanda, Mozambique, Sudáfrica, Liberia y Senegal son los países que aportan alumnas. Los tres primeros son los más delicados, según Binta Diopp, directora fundadora de la ONG Femme Africa Solidarité (FAS), coordinadora del proyecto: 'Están en una situación de posconflicto y las condiciones económicas son especialmente duras'. En el resto de países, reconoce, el gran problema es que se funciona con microcréditos para mujeres. 'Es hora de que pasemos a los macro'.
Las empresas que tienen las 23 africanas, todas de raza negra menos una, son de lo más variadas y todas quieren dar el salto al éxito: pasar de una granja para el autoconsumo a abrir una carnicería, de una manufacturera de bolsos a llegar a importar de China y abrir una cadena, convertir su fabricación de redes contra mosquitos en un producto exportable, de una agencia de viajes a un touroperador, etcétera.
La iniciativa, en colaboración también con la Agencia Española de Cooperación Internacional (AECI), seleccionó entre 300 candidatas a 23, que fueran representativas y que tuvieran nociones básicas de negocio e idiomas. FAS organizó un cursillo introductorio en Senegal el pasado junio, donde se les enseñó la informática que van a necesitar en Madrid y las bases del seminario, así como a identificar mercados y conceptos de marketing financiero. De la Vega viajó hasta allí. 'Me quedé altamente sorprendido con el nivel emprendedor de las participantes. Me emocionó', asegura.
El proyecto del curso es básicamente elaborar un plan de negocios para su empresa, asesoradas por alumnos avanzados del IE que visitarán los países de origen para el trabajo de campo. Cuando lo finalicen, un jurado escogerá los más destacados. Se presentarán en un matchmaking ante inversores nacionales (Madrid) e internacionales (Ginebra). 'Los inversores no nos han tomado en serio y ahora tendrán que hacerlo', desafía Diopp.
Sus negocios ya dan trabajo a entre uno y 200 empleados. Algunas de ellas tienen varios establecimientos. Coinciden en que el mayor problema para una africana empresaria es la financiación. 'Cuesta mucho que nos den dinero, no es como a los hombres. Somos pequeñas sardinas en un mar de tiburones', dice Nome Rabebe. 'Este curso nos da la oportunidad de hablar entre nosotras, expresarnos empresarialmente, más que escuchar lo que nos dicen'. Cuando Nome volvió del primer cursillo en Senegal, veía oportunidades laborales que antes no podía percibir. Ahora espera que el de Madrid le abra definitivamente las puertas al éxito.