cinco dias
Si no hay inversión no hay empleo. La conclusión parece evidente, pero en este momento son escasas, si no inexistentes, las opciones de los emprendedores para acceder a un primer empujón inversor que les permita lanzarse a la creación de una empresa.
En plena sequía crediticia, engorde de las listas del paro y la presión que empuja a crear negocio propio para paliar la escasez de contrataciones, los pequeños empresarios tienen aún hacia dónde mirar para mantenerse o entrar en el mercado laboral.
Parte de la solución la están encontrando en las fundaciones de las grandes empresas de cualquier sector. La filantropía, tan arraigada en los países anglosajones, especialmente en Estados Unidos, empieza a emularse en España, aunque los fondos aún provienen en su mayoría de las compañías y menos de la iniciativa desinteresada de los particulares.
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