Silvia Mercado Saenz

 

Doctora en biología especializada en laboratorio

Soy doctora en biología, y me especialicé en laboratorio. Soy biólogo de Bata y no de Bota y como la mayoría de los biólogos he tenido multitud de trabajos que nada tienen que ver con mi formación aunque siempre he perseguido el sueño de trabajar "en lo mío".

Como la mayoría de mi vida laboral he sido autónoma, he podido realizar simultáneamente varios trabajos, primero como webmaster, mientras estudiaba biología, más tarde, junto con amigos de la facultad formamos una empresa de telecomunicaciones, de la que fui gerente durante algún tiempo. Esta empresa fue bien y tuvo su ciclo de vida, hasta que por motivos de mercado, se cerró en 2011. También fui patrona en la Fundación Antidemencia Al-Andalus, en la que con muy pocos fondos pero con mucha voluntad se logró hacer una labor social importante.

He trabajado en diversos laboratorios, en una empresa de bolsa, he sido comercial, dietista y mantenido un blog para una parafarmacia, he impartido cursos relacionados con internet y con biología y he formado parte del turno de peritos judiciales. Todo ello me ha permitido tener un amplio currículum, pero no ha evitado que haya pasado por momentos difíciles en los que no he tenido trabajo, o he trabajado como becaria por 400 euros, pero he de reconocer que he conseguido una amplia experiencia y un buen currículum,  que a la hora de presentar un proyecto ante un banco o ante un posible cliente, ayudan.

La mayoría de los trabajos que he realizado me han permitido compatibilizarlos con mi formación, porque nunca perdí de vista la idea que tuve con 21 años de montar mi propio laboratorio, por lo que he hecho un máster en biotecnología, el CAP y el doctorado, además de diversos cursos relacionados con mi profesión, todo ello mientras trabajaba, siempre con la idea de poder abrir un laboratorio y de que mis conocimientos no se quedaran obsoletos.

La clave de todo es aprender a organizarse, trabajar duro, tener paciencia, no perder de vista tu sueño y seguir adelante aunque nadie crea en ti y te digan muchas veces que no. Considero que uno siempre se arrepiente más de lo que pudo hacer y no hizo, que de lo que hizo aunque se equivocara. Además tal como dice mi madre, el "No" ya lo tengo, así que siempre hay que intentarlo, porque llega el momento en que alguien empatiza con tu proyecto y te da el "SI" que buscas.

En mi época de doctoranda fui investigadora de la Universidad de Málaga y junto con compañeros del departamento, hemos publicado artículos en congresos y en revistas nacionales e internacionales, hemos creado e impartido dos cursos propios de la Universidad de Málaga y hemos escrito un libro sobre cultivos celulares y técnicas de  laboratorio y participado en proyectos de investigación.

En la vida y en los negocios, unas veces se gana y otras se pierde, o mejor dicho, unas veces se gana y otras se aprende y si uno quiere trabajar en el trabajo de sus sueños, o lo encuentra, si existe, o se lo fabrica a medida.

Durante el tiempo que trabajé en laboratorios, tanto públicos como privados, me di cuenta de que yo quería hacer las cosas de un modo diferente, y que la percepción que yo tenía de como se debían y podían hacer las cosas chocaba de forma frontal con lo que creían mis jefes, por lo que después de un tiempo decidí que por fin había llegado el momento de montar mi propio laboratorio, hacer las cosas a mi manera y diseñar junto con algunos compañeros las pruebas, que pienso mejorarán el diagnóstico y calidad de vida de los pacientes, el tiempo dirá si tuve o no razón, pero soy de la opinión tal y como decía Einstein, que si se hacen siempre las cosas del mismo modo, se obtienen los mismos resultados. Y la única forma que conozco de hacer las cosas de un modo distinto es crear tu propia empresa, que además es la aventura más emocionante que uno puede emprender, digan lo que digan. Y hay que recordar que aunque la meta es importante, no se debe uno nunca olvidar de disfrutar de las vistas del camino, y elegir un camino con corazón.
Vengo de una familia un tanto atípica, en la que las mujeres han trabajado o han sido empresarias desde la época de mis bisabuelas (peluquera, cocinera, tendera, limpiadora), por lo que para mí montar una empresa, no era algo fuera de lo común. Al contrario, en mi familia la mayoría son emprendedores, con mejor o peor suerte.

Nunca me he sentido discriminada por el hecho de ser mujer, ni creo que haya tenido más problemas que un hombre para emprender un negocio. Es cierto que existen algunas ventajas para las mujeres, como subvenciones y ayudas, pero nunca he podido beneficiarme de ellas, unas veces he sido demasiado joven o sin experiencia, y otras demasiado mayor y con mucha experiencia.

Smolin afirmaba, que en el fondo, los científicos somos gente con suerte: podemos jugar a lo que queramos durante toda la vida. Si encima conseguimos vivir de ello el asunto es redondo. Pero ser científico en España es difícil y no está bien pagado. ¡Que le vamos a hacer! Nunca se me ha dado bien el fútbol, y además soy mujer y bajita, por lo que tampoco pude dedicarme a ser modelo, así que elegí una profesión apasionante, en la que dudar de lo establecido es una obligación. Un científico es un rebelde con causa porque como Karl Sagan afirmaba la ciencia es más que un simple conjunto de conocimientos: es una manera de pensar.

Creo que mi mayor baza es que confío en mi proyecto y pienso que soy capaz de llevarlo a cabo y de transmitir mi entusiasmo, lo cual es fundamental cuando tratas de convencer a un tercero, que ni comprende ni comparte tu idea, de que invertir en tu negocio es rentable. Porque como todo en esta vida, el mayor problema que uno se encuentra a la hora de montar una empresa, sea hombre o mujer, si no se dispone de fondos propios suficientes, es la búsqueda de financiación y más en la situación actual, donde los bancos no están muy dispuestos a prestar dinero.

Para conseguir financiación es imprescindible contar con un buen plan de negocios, y eso no se aprende en la Facultad de Biología, al menos no se hacía cuando yo estudiaba. He tenido la suerte de que he sido asesorada por el IMFE (Instituto Municipal para la Formación y el Empleo) donde me ayudaron a conseguir un microcrédito y posteriormente por la Cámara de Comercio, donde además de participar en un curso de creación de empresas, me han ayudado a conseguir el resto de la financiación. Ha sido más lento de lo que yo planeaba en un principio (siempre surgen imprevistos que ni el mejor plan de negocios puede prever), pero al fin lo he conseguido: Tengo mi laboratorio: Xenogene.es

Ahora viene un reto aún mayor: Conseguir clientes.

Como decía Edison, la clave de éxito es un uno por ciento de inspiración, y un noventa y nueve por ciento de transpiración. No le tengo miedo al trabajo y tengo fe en que con lo que he aprendido, tanto en el curso de creación de empresas de la Cámara de Comercio, como en mi experiencia laboral. Considero que los servicios que ofrezco son buenos, así que sé que puedo lograrlo y si no, pues habrá que empezar de nuevo aprendiendo de los errores. Es mi sueño y lo voy a perseguir hasta que lo alcance, y pienso hacerlo a mi manera.

Silvia Mercado Saenz
Silvia Mercado Saenz

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